Cuando hace muchos-varios decenios
nos disparaban a matar
en una guerra de plomo y aviones
una mano de compañera me salvó
al empujarme del sitio exacto
donde habia caido
la granada
segadora de brazos
su estruendo me paralizo
pero ella la compañera en combate
me arrasto entre cuerpos y gritos
y agachados corrimos y corrimos
las balas golpearon otros cuerpos
no escuché nada durante minutos largos
de mi grupo no quedaban muchos
ella era del que cerraba la columna
durante la emboscada nos encontramos
después de una larga marcha
nos volvimos a separar
sin saber
yo
aun la razon
con sus manos me acerco a su boca
y nos besamos como si muriesemos
en el segundo posterior
Despues vivi otros combates
y otras granadas bombas y balas correr entre carne
segando vidas
pero nunca nunca volvere
a ver tus ojos casi verdes y grises
ni sentire tu mano firme que me oriente
entre la sangre y el ruido tableteado
y ya se que no vivire
un hasta nunca
fugaz
tan bello
envueltos de peligros inminentes de muerte
pero
sí
recordare tu silueta
a la que me atrevi mirar
sabiendote ya lejana
cerrando la columna
tu la mas fragil
en el lugar más expuesto.
Doquiera que estes o hayas estado
solo por ese beso
en ese lejano recuerdo
recibe mi agradecimiento
no solo por haber salvado mi brazo
sino por mostrarme
un camino iluminado de humanidad
por ese solitario beso con sabor a tierra y pólvora.
Otros besos
miles me ha regalado la vida
y muchos sabores
me han deleitado
pero el tuyo
remota compañera
siempre tendra a flor de mis labios
un sabor que aun no se describir
y que quizas cierre mi conciencia
cuando llegue la hora proxima
de embarcarme
en lo alto de la copa del tamarugo
donde ya me espera flotando
el bote transimaginado
que me llevara
donde
quizas tu ya estes
llegare
llegare
yo ligero de equipaje
y sin reproches
igor