A LAS SEIS DE LA TARDE
próximo el solsticio
ayer diecinueve de junio
cambié de estado
Así como el vapor de agua precipita
Y tal como el mar se puede congelar
o se evapora hacia el azul aéreo
ayer cambié sutilmente
No he variado mi vestimenta
de paleontólogo urbanita
Tampoco mi casa-librería
abandono
No trastoco mi optimismo
ni viajo de una orilla política a la otra
Ni siquiera me corto el pelo
Incluso
sigo pensando como en la vieja Sefarad
que la perfección es sólo privilegio del
innombrable
que en su Tetragrama es El
Cambio de estado en los papeles
de esta República extrema
extraña
desfondada por la corrupción
alerta a la pasión de la juventud movilizada
en acción
Cambio de estado
porque ayer me alcé del lecho soltero
y anoche me acosté casado
matrimoniado
entusiasmado
optimamente optimista
-ya lo escribí supra
y lo repito-
Y mientras sea así
mientras sigan las gentes
cambiando de estado
habrá vida concernida
habrán problemas encarnados
habrá tierra habitada
Porque al cambiar de estado
se mueve el alma con alegría
que es el humus necesario
para pensar bien
y actuar mejor
Brindo pues
por todos los que han cambiado
y cambiarán
sus vidas
como las moléculas de agua
pasando de un estado disgregado
a otro contínuo
fluido
que sacia la sed inagotable
del alma enamorada
Igor Parra