Cuando me entierre cerca del tamarugo
escribiré sobre papel
que podrán leer
sujeto a una rama
sujeto a una rama
hasta que el viento pampino lo rompa
Y dirá así:
CUÁNTOS BESOS
no di
a los labios
de tantas amigas
que en el mundo tuve?
Quizás miles y miles
porque de ellas yo quería
más
más
mucho más que sus cuerpos
Quería ese horizonte
que alcancé pleno
y que me dió tantos tiempos bellos
de hablar
mirar
y estar
Sin sábanas entre medio
sin fugas
sin falsedad
sin ires ni venires
ansiosos
mentirosos
Pero supe de esas emociones
y ahora entiendo
que cada vez que decidi besar
para no amar
erré.
Y erré en laberintos de pasiones
agotadores
extenuantes
divertidos pero destructores
laberintos sin Minotauro
laberintos sin fin
con mañanas breves
con atardeceres urgidos
y viajes a ninguna parte
Tengo amigas bellas
que me esperan en sitios distantes
para hablar
para conversar
de política
de ciencia
de jardines
de meteoros
de plantas
de la mente humana
de negocios
de sus países
de mis países
Y pueden pasar años sin vernos
pero esas amigas siguen ahí
fieles
a nuestra relación
Siempre cultivé
tener amigas a las que nunca vi desnudas
Porque es un dulce espacio para el alma
Un lugar seguro
Un puerto entre dos tormentas
donde reparaba los cables de la mente
y reparé parte de los daños
del penúltimo temporal
Cuando me entierre cerca de un tamarugo
escribiré
además
en otro papel
que al morir
las recordé con tanta intensidad
como a las que amé
sin mesura
Igor Parra
en Arqueología de Pasiones