¿Quién ganará la próxima guerra mundial? I
Igor Parra
(desde la distante costa sur oriental del
Pacífico)
aquí intentaré sintetizar en varios posts
sucesivos mi opinión sin caer en tecnicismos excesivos.
La causa de una guerra, de la escala que
sea, responde a una voluntad implícita de dominio, de alguien que carece de él,
sobre un espacio dado y corresponde a la fase final de un proceso temporal en
el que se ha utilizado diversas formas de fuerza no física para imponer la
voluntad, u objetivos estratégicos propios, a la otra parte.
Se ha escrito mucho sobre el carácter
ofensivo o defensivo de tal o cual guerra, para caracterizar en el tiempo quién
inicia las acciones bélicas propiamente tales (un prurito moral hipócrita pero
necesario a nivel de la población general).
Sin embargo, me permitiré asumir aquí que la
guerra es siempre el resultado de un conflicto de intereses que desemboca en la
violencia física interestatal, inter o intrarregional-incluyendo las
denominadas guerras civiles-, y por lo tanto requiere del concurso activo de
dos voluntades opuestas, insisto, al margen de quién asuma el rol ofensivo o el
defensivo.
Cabe clarificar conceptualmente, que hay acciones
de fuerza física muy violenta que no pueden ser catalogadas como guerra, por
ejemplo el tráfico de esclavos en dirección a las Américas por parte de España,
Inglaterra y Francia, mayormente, entre los siglos XVI y XIX.
Han habido guerras que fueron
minuciosamente preparadas, al menos en su fase inicial, por el atacante, quien
después a la larga terminó derrotado, como los alemanes en la Primera Guerra
Mundial. En la Segunda Guerra Mundial las rápidas victorias militares
estratégicas alemanas a escala continental, fruto de una dirección política
pero no de una previa y detallada planificación militar, fueron seguidas por su
derrota cívico-militar total y absoluta. Casi en el mismo plano de estudio
podríamos situar las guerras que no fueron largamente preparadas con
antelación, y que enfrentaron a un Estado con poder económico-militar, muy
superior, a otro muy inferior, quien a
la postre resultó vencedor localmente por resistir largamente y por el concurso
de alianzas imprevistas inicialmente.
Aquí asumiremos que tanto los EEUU como
China y Rusia, por diversas razones, se preparan para una solución
violenta-física a diferendos geopolíticos, en los que están en juego a escala
mundial áreas de influencia, materias primas, mercados y rutas de comercio.
En lo absoluto el poder de fuego nuclear
vectorizado por submarinos, la ventaja económica, tecnológica, y la calidad de
las alianzas intercontinentales en el hemisferio norte (Japón, Corea del Sur,
Israel, Europa y las monarquías árabes) hace de la posición de los EEUU la más
fuerte en el momento actual.
Continuará
en breve…..