Raudo voy
por tu istmo
de cuello largo
bien orientado
hacia Poniente
Pero si te giras
ahora
en el mismo sitio
del lecho
emerge Levante
Empero
si la mano de Oriente
se aferra a tu Occidente
por ejemplo
un seno
o
la cadera
y me giro sobre
el codo de Oriente
los dedos se hunden
en nuestros mares agitados
de sabanas revueltas
Y al emerger de esos tormentosos paisajes
muerdes mi istmo cuello
y me rodeas entero
y me estrechas
y te sé
aletargada
tranquila ya
en los altiplanos
y valles
de mi espalda