Alejandría te recuerdo claramente
desnuda mientras avanzas hacia mi luminosa
aunque esa habitación egipcia fuera penumbra
y no tropezabas porque mi mano guia tu cuerpo
mientras espero en el borde del lino arrugado
tus piernas tus suavisimas piernas
y mis manos se juntan a tus manos decididas
ansiosa tu por explorar con tu cuerpo algo nuevo
educada por cientos de años en la pasividad que aburre
hallas en mi un sacerdote que te adorará sentado
mirando tus muy inteligentes ojos
antiguos bellísimos y sabios
mientras te acomodas sobre mi con una sonrisa de luz
mientras enciendes nuestros labios
con tu suspiro de sorpresa
quizás de asombro
mientras reacaes en mi y tu boca exhala
aquel sonido tan dulce como tus hombros y cuello
pero no sé
no quiero saber con precisión que dijo tu primer gemido
porque saldría del ensueño en que me embargas aún
linda y lejana Alejandría
Igor Parra en Vitacura
una tarde egipcia de estudio y recuerdos