Cuando pasé por Egipto para excavar en un lejano oasis con palmeras altas y pozos de agua frescos, sonoros y profundos, al anochecer, en nuestro campamento, escuché la traducción de uno de los textos de la X Dinastía, recién rescatados y traducidos por mi colega Ramon, que así decía:
EN TU TEMPLO
oh Diosa Sol
entro desnudo
y de rodillas
La primera oración
la formulo entre tus piernas
con mis labios musitantes
La segunda plegaria
por tu bondad infinita
la rezamos de pie
con los ojos abiertos
La tercera oración
con cantos e inciensos
son para adorarte
tus pies de Diosa
La cuarta
adora tus mejillas luminosas
La quinta
sublima nuestras manos
brazos
y torsos
La sexta
me regresa a tus piernas
La séptima
saca mi alma Ka del cuerpo
y la acerca a tu dulce espiritu
Todas las oraciones
hacen de ti
oh Diosa Sol
un haz de potente luz
que reverbera
en éste
tu sacerdote
Or
Memoria de Viajes Secretos
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