EL BLITZ
CATALÁN (I)
Igor Parra
Desde el terreno, aquí en
Catalunya, una de las cosas que sorprende de la coyuntura actual, políticamente
orientada hacia la creación de un marco independentista, es el uso de los
tiempos por parte del conglomerado gubernamental catalán que promueve la
independencia.
En blogs anteriores centrados
en el sector del Próximo Oriente y del rol de los EEUU en Asia, hemos expresado
al menos un par de veces nuestro punto de vista sobre la importancia del
control del calendario en la planificación estratégica. En Egipto los tiempos,
que no controlaron en ningún momento hace ya un año atrás, pillaron
desprevenidos a los aliados occidentales, y salieron al escenario a defender a
Moubarak sin guión y a destiempo en varios momentos cruciales.
Algo similar ocurrió en
Afganistán tanto a soviéticos como a americanos, que han repetido el amargo
plato de la derrota estratégica en Irak al no poder imponer sus objetivos es
decir contenidos operativos en los tiempos de su conveniencia política-militar.
Esta materia del “tiempo”,
como sujeto fundamental de la estrategia, muchas veces queda en un segundo
plano frente a resultados cuantitativos que confunden a aquellos responsables
de las acciones en curso, dejándose arrastrar por visiones corto-placistas,
apoyados sobre resultados cuantitativamente impactantes: numero de kilómetros
cuadrados conquistados, numero de cuerpos de los combatientes enemigos, etc,
etc. Sin embargo la pregunta esencial,
básica, para asegurar quién tiene el control estratégico de la situación es muy
simple, y compleja a la vez: ¿quién modula y controla los tiempos de las
acciones en curso?, o sea, ¿qué
calendario es el que se impone en el desarrollo operativo de las acciones, el
propio o el de los adversarios?
En el conflicto España
Catalunya actual creo ver varios elementos que nos pueden llevar a observar un
uso de los tiempos muy particular por parte del conglomerado independentista:
en efecto, da la impresión que estuviesen en un esfuerzo por hacer rápidamente
las cosas.
Las razones de estas prisas
tienen seguramente varias causas políticas derivadas de la alianza entre
Convergencia y Esquerra Republicana. Sin embargo en nuestra observación de
terreno de estas últimas semanas y días, nos dan la impresión que se está
produciendo una aceleración de eventos que en realidad no están siendo
controlados en sus tiempos por parte de los promotores de la iniciativa
independentista.
Al contrario, dada la
complejidad del escenario político independentista catalán aparece, según
nuestro criterio, que a medio plazo, medido en trimestres, la iniciativa pasará
a manos del Estado y de los partidos “españoles”. Y esto porque el Blitz político catalán, estas rápidas acciones
sucesivas impactantes de los últimos meses, que quieren cambiar radicalmente la
relación de soberanía política dentro de la actual configuración estatal
española, dependen intrínsecamente de condiciones de campo que están fuera del de
la iniciativa independentista.
Este proceso en curso muestra
ya algunos elementos característicos del esfuerzo estratégico carente de una
masa crítica suficiente para obtener los resultados deseados, en un marco
negociable, es decir sin recurso directo a la fuerza física. En toda acción de
este tipo la organización coherente de la masa critica necesaria es la
condición inicial del esfuerzo a acometer. Pero aquí se ha comenzado el
esfuerzo político, que desgasta permanentemente mientras no obtenga resultados
palpables contundentes, sin haber establecido ni organizado esa masa crítica
necesaria, sino que se esta intentando crearla durante el desarrollo de la
maniobra independentista. Solo por este hecho ya podemos mirar con escepticismo
el resultado final. En los procesos político-estratégicos pacíficos el número
es importante, ya lo decía el año 1973 el secretario general del PCI (partido
comunista italiano) al analizar las consecuencias políticas del fracaso de la
experiencia chilena hacia el socialismo, sin recurso a la violencia política.
Decía Berlinguer ( Rinascita 28 de septiembre, 5 y 9 de octubre 1973: http://www.metaforum.it/berlinguer/compromesso3.htm)
que a la vista de lo ocurrido en Chile se debía formular un “compromiso
histórico” entre DC y PCI para lograr una muy amplia y necesaria mayoría
político social en Italia, que incluyese también al tercer partido italiano significativo de esa época: los socialistas. Pero posteriormente dijo aún cosas
importantes, y la principal, según nuestro criterio, es que no es posible proponer
y ejecutar cambios fundamentales político-sociales radicales de forma pacífica,
sin contar con el apoyo de una masa político social igual o superior al 75% de
la ciudadanía.
Las acciones rápidas del
gobierno catalán y sus aliados en el momento actual pueden suplir
momentáneamente la carencia de una gran fuerza social que lo respalde, usando
como criterio cuantitativo una mayoría muy superior a la mayoría absoluta
simple parlamentaria (51% de los votos).
Hoy por hoy no existe esa
amplia mayoría (sensu Berlusconi)
necesaria para promover cambios profundos en la relación España- Catalunya.
Por la experiencia de las
independencias nacionales americanas, sabemos que resulta esencial contar con
un proyecto conceptual claramente definido, en sus rasgos principales que
defina los roles políticos de los actores del proceso soberanista. Cualquier
incertitud conceptual o falta de acuerdo en lo esencial dividirá o inactivará
apoyos que debieran sumar como masa critica de la acción independentista.
seguirá