QUIEN GANARA LA PROXIMA GUERRA MUNDIAL?
II
La importancia relativa de las armas ofensivas
de reciente generación
Igor Parra
La Segunda Guerra Mundial mostró los
limites del uso de armas novedosas, sorprendentes, cuando fueron utilizadas
principalmente por los alemanes en su ofensiva de misiles contra el Reino Unido
en las postrimerías de la contienda. Igualmente, limitado fue el éxito de los
aviones a reacción alemanes, una primicia tecnológica que después se copiaría
profusamente por americanos y soviéticos, y sus respectivos aliados
geopolíticos.
Un sistema de armas ofensivo
tecnológicamente superior, incluyendo el armamento nuclear, tiene unos limites
siempre difíciles de establecer en cuanto a su capacidad de ser el factor
determinante de la victoria en un lapso breve de tiempo. El escenario Okinawa-
Nagasaki no volverá a repetirse, en el sentido que cualquier ataque nuclear
será respondido ciertamente con fuego nuclear. En este sentido la historia de
la tecnología militar y del arte de la guerra parece señalarnos que el uso de
tecnologías completamente desconocidas, por quien recibe un ataque inicial de
poder de fuego muy superior, conduce a la victoria del atacante sólo cuando
existe un salto o una diferencia de civilización técnica significativo. Y Japón
el año 1945 estaba estratégicamente derrotado por los americanos y sus aliados,
las bombas nucleares terminaron de aplanar a un enemigo que ya estaba de
rodillas, y de paso, algunos dicen que principalmente, se envió un potente
mensaje a los soviéticos sobre la capacidad destructiva operativa del nuevo
armamento nuclear americano.
Sin embargo, la historia militar reciente
nos muestra, por ejemplo en el escenario de la Segunda Guerra Mundial, que
desde una posición de defensa el uso de nuevas y sorprendentes tecnologías
tienen un efecto fundamental en el resultado final, como fue el caso del radar
de los británicos. Este caso nos permite
introducir la dimensión espacio-temporal defensiva de una innovación
tecnológica absoluta en el escenario de la guerra. Porque, en efecto, la detección de aviones más
allá del horizonte, las 24 horas del día, permitió a los británicos la
organización conveniente de sus vectores
defensivos y concentrarlos en los momentos y en los lugares adecuados,
anulando el efecto sorpresa inicial del ataque masivo aéreo alemán. Esta es una
enseñanza fundamental y portadora aún de múltiples enseñanzas tácticas y
estratégicas para un escenario próximo de guerra mundial.
En el actual nivel tecnológico militar
defensivo, que es casi simétrico entre americanos, rusos y chinos, la capacidad
de observación permanente de las fuerzas contrarias se realiza por sistemas
satelitares-espaciales, que incluye además de la imagen la escucha permanente
de las comunicaciones militares del adversario. La dimensión oceánica del
próximo conflicto incluye una amplia red interoceánica de sistemas ultra
sensibles de escucha orientado a la identificación y movimientos submarinos de
los vectores oceánicos de fuerza nuclear.
Por otra parte, existe la capacidad
instalada de usar la red (web) para alterar, observar y engañar al contrario
con señales falsas-verdaderas, así como para sabotear procesos productivos
energéticos y de telecomunicaciones en tiempo real. Este espacio cibernético,
junto a la capacidad satelital de observación del adversario, constituyen en sí
el territorio de la pre-guerra, un hinterland aparentemente inmaterial que en
caso de encegamiento absoluto satelital-comunicacional de un adversario será
considerado como casus belli por la
contra parte. Ya existen antecedentes recíprocos y constantes de robo de información
sensible masiva por parte de los potenciales actores principales de una Tercera
Guerra Mundial, también existe la certeza de la creciente capacidad de anular
los satélites respectivos de estos potenciales contrincantes. Sin embargo la
línea roja parece ser el mantenimiento de la capacidad mutua de observación y
escucha en tiempo real del adversario.
Dadas estas condiciones, y otras que por
mor de la concisión no explicitamos aquí pero que siguen la misma línea de
pensamiento, nos es dable preguntar ¿es posible plantear una acción de escala
global de “enmascaramiento” que sorprenda completamente al adversario global?
En breve continuaré sobre esta cuestión,