viernes, 27 de junio de 2025

Hitler y yo en el Macondo sureño

 Corría el año 1974

el secretario general de mi organización clandestina

que se batia a tiros contra Pinochet

habia muerto en combate hacia 3 semanas

Ya era prisionero del Ejercito de Chile 

a las 9 de la mañana

en la Escuela de Suboficiales

un dia lunes 28 de octubre

Ya me habian hecho el primer interrogatorio

y ya estaba encerrado en un cuarto sin luz

ya me habian retirado los cordones de los zapatos

el cinturon y los documentos

mis cuadernos y libros escolares

se quedaron encima de mi pupitre

y ahi permenecen aún en mi memoria

no los volveré a ver nunca más

Hacia media mañana me llevan 

a un local de la inteligencia militar

Oficina amplia, muchos teléfonos

desde los que se reclutan 

soplonas principalmente

como aun no me privan de la vista

veo y escucho asombrado

el intenso ajetreo de la represión

En un momento cualquiera despues de minutos sentado

como si se me hubiesen olvidado 

 mi vista se fija en un cuadro colgado 

al otro lado de la amplia sala

Ahi estaba mirando hacia el infinito

hacia un futuro ario de mil años

Adolfo Hitler

Con su mano en la cadera

botas negras

una especie de abrigo largo

Es una imagen famosa que he visto muchas veces

en los libros de la Segunda Guerra Mundial 

en la biblioteca de mi casa

Pero no puedo salir de mi asombro al verlo

justo frente a mi

Mal presagio certero

del recorrido que me esperaba inminentemente.

El teniente paracaidista que me secuestro

el teniente Pedro 

después general de la Republica

entró con paso firme a la sala

pero ahora venía sin uniforme

elegante en un traje civil

ojos claros y rubio

Entonces y recién entonces entendí

que estaba al borde de un sistema nazi-chileno

una maquina muy eficiente de represión violenta

un mecanismo de selección para morir

no sin antes ser destrozado de diversas maneras

no sólo para responder

sino también para quebrar la mente y el espíritu

Esto que resulta obvio ahora

no lo era en esa época

Ese mismo día siguieron 4 interrogatorios más

en una espiral de violencia calculada

al final del dia

me llevan ya vendada la vista

al lugar donde se interrogaba con aquellos métodos

que me advirtió el teniente Pedro que usarían 

si no entregaba nombres y direcciones

en otro momento narraré con estos métodos pacíficos

y sin rencor el periplo del dolor no ya mio

que es lo menos traumático

el dolor propio

sino el de las compañeras y compañeros

que estaban ahi en ese lugar de muerte

sobre todo el de las compañeras que me acompaña siempre

siempre siempre

nada me sorprendió ya

todo estaba claramente delimitado

al ver al preclaro Adolfo

en su gesto decidido de odio racial

que reinaba en esa oficina de la DINA

y que planeaba eterno en su error estratégico

sobre los ruidos mundanos

burocráticos de esa oficina

donde se organizaba el terror

meticulosamente

podria decir con conocimiento de causa

meticulosa

cuidadosamente

Después la vida siguió su curso extenuente

 en esos dias y semanas que siguieron

tuve suerte

el general Bonilla y mi padre lograron sacarme

antes de que me terminaran de destrozar

Pero no dije nada de lo que querian saber

porque

oh paradojas del destino

aunque muy germánico ejercito

con un guia espiritual tan eficiente

como Adolfo en esos momentos

nunca supieron en realidad quién era yo 

en el esquema organizativo

y sus preguntas apuntaban a dianas menores

Era una lucha contra el tiempo

no podria aguantar mucho tiempo más

y ya habia comenzado esa triste pero necesaria acción mental

 de ponderar qué personas ajenas a mi grupo rebelde

debería ir señalando

antes de llegar al núcleo de la cuestión

que nunca imaginaron

porque si lo hubiesen llegado a adivinar

ni el Papa de Roma me saca de ahi

En fin 

queria narrar esta dura circunstancia

a mis 15 años de vida 

porque cuando digo que siempre me solidaricé

con todos los prisioneros y personas civiles 

asesinadas por los alemanes en la Guerra Mundial

dirigidos por ese inefable Adolfo

es que sé muy bien lo que significa la muerte próxima

y decidir morir con la mayor dignidad

Por esa misma razón hoy también digo que

 solidarizo totalmente con esas personas inocentes 

asesinadas por mor de una ideologia centro europea sionista

que ha caido como una piedra fanática sobre los habitantes de Palestina

Por ello solidarizo con el dolor de cada madre de cada hijo atemorizado

por la brutalidad alemana de sus torturadores judios.

Gran paradoja

increíble para uno

 que ha tenido compañeros judíos de lucha contra Pinochet

torturados y asesinados por aquel ejercito sureño

en el que también he tenido familia paterna muy  querida

Otra paradoja del Macondo continental.