Los Datos de Snowden:
Escenarios Tentativos Para Futuras Arqueologías
Del Poder Estratégico
Militar y Civil
Igor
Parra
Llama la atención el enorme
flujo de datos repertoriados y almacenados por la inteligencia electrónica de
los EEUU, según se ha revelado recientemente a través del ex agente Snowden.
Aceptemos como buena la explicación
periodística sobre el uso de los datos, es decir que se trata de un análisis
del tráfico de llamadas, sin entrar, aparentemente, a realizar escuchas o
lecturas masivas de esos mensajes, aunque los medios automáticos para hacerlo
existen, a través de la detección de palabras predeterminadas que señalan su
uso, en la mensajería privada y gubernamental, a los controladores del tráfico
telemático mundial.
Resulta interesante pues
formular las preguntas que se derivan de este fenómeno: en la que se hace un
seguimiento masivo, automatizado de millones de llamadas telefónicas y
mensajería privada en decenas de países, aun teniendo la posibilidad de
detectar contenidos específicos tanto militares, como de negocios, como de
decisiones políticas o incluso simples conversaciones particulares (para
analizar información operativa o el estado de opinión en diferentes países, o en los mismos EEUU). Cómo se explica esta
sobreabundancia de análisis a través de dos métodos diferentes? ¿No son
redundantes? Y si no lo son ¿cómo entender que sean complementarios,
eventualmente? ¿O se trata de aquello que ya hemos mencionado, varias veces en
los últimos años en este blog, y que hace referencia a lo que Bachelard
denomina “Fascinación por el Instrumento”?
En unas decenas o cientos de
años más los arqueólogos del futuro deberán explicar estos grandes edificios
tecnológicos de los centros de escucha y análisis del tráfico de
comunicaciones, generalmente localizados en la proximidad de los centros de
decisión política a escala de los diversos Estados que poseen estos
instrumentos de observación y análisis.
El gran tamaño de estos
edificios, así como sus instalaciones tecnificadas, si éstas sobreviven al paso
del tiempo, informarán de la importancia que esos Estados conferían, a este tipo
de actividades secretas.
Pero aquí nos interesa
explorar algunas probables explicaciones que den cuenta del uso de estos
masivos análisis, y seguimientos de comunicaciones que se centraliza en el
tráfico de llamadas entre personas privadas.
Un primer escenario
explicativo fuera el que está en relación precisamente a lo masivo del
seguimiento de los millones de comunicaciones privadas que se han analizado, y
seguramente catalogado, es decir, estableciendo duración de las comunicaciones,
números involucrados a lo largo de lapsos de tiempo superiores a un umbral cualquiera, significativo según el interés coyuntural,
de días.
Realizar una tarea taxónomica
sobre el flujo diario de comunicaciones particulares sirve para establecer
patrones de conducta, en función a determinadas señales o marcadores temporales
(noticias coyunturales específicas nacionales o internacionales) que generan
más o menos reacciones sociales. Y esto se puede hacer simplemente a través del
conocimiento detallado, fino, de los grandes números diarios de comunicaciones
analizadas, que en este caso no se trata de muestras aleatorias determinadas
por un modelo estadístico –censal. La
técnica permite observar el comportamiento del universo total, del
comportamiento del mismo en tiempo real a lo largo de prolongados intervalos de
tiempo.
Pero un segundo escenario,
complementario al anterior, puede deducirse a partir del uso de programas de
análisis estadísticos del flujo continuo de información disponible para los
servicios de información. Es un escenario en el que sería posible identificar
nodos sociales de comunicación en función a estímulos o señales catalizadoras
que generan reacciones masivas en los flujos continuos observados en los
canales de comunicación. De esta forma se pueden identificar actores sociales,
ya individuales o corporativos, y la forma cómo ante tal o cual información o
evento se mantienen, centrados en ciertos números telefónicos, ciertos umbrales
de comunicación a lo largo de un cierto numero de dias o semanas o meses.
La localización espacial
precisa de estas nubes, o patatas, de datos comunicacionales permiten
identificar patrones de conducta poblacional en un espacio finito en tiempos
continuos. Esto es de suyo un potente instrumento de prospectiva política, análisis económico y en definitiva del pulso
ciudadano.
Aquí el concepto ciudadano lo
usamos sensu stricto, es decir relativo
a los habitantes de ciudades, pues aunque las capacidades de observación y
clasificación del flujo continuo de comunicaciones telefónicas y de mensajería,
es potencialmente universal, la ciudad se constituye como el centro principal
de esta capacidad reciente de análisis, estudio y evaluación, con fines
estratégicos. La razón de esto es evidente por la concentración demográfica en los espacios urbanizados. Aunque teóricamente, en una circunstancia particular si
hubiese un desplazamiento de un nodo de comunicaciones a un área rural, el
sistema permite identificarlo y cuantificar su flujo comunicacional sin
problemas, estableciendo así una visión cuantitativa de las reacciones de todo
el espectro demográfico comunicado en tiempo real.
Para entender el potencial
operativo de estas capacidades, debiéramos recordar que durante las guerras
centroamericanas de los años 80 y así mismo en Israel, Palestina y Colombia, una serie de empresas
israelíes vendieron sistemas tecnológicos capaces de detectar durante la noche
el uso anormal de usos-flujo eléctricos en los espacios urbanos donde se
realizaban trabajos clandestinos de impresión de documentos. Ese podría ser un
antecedente remoto, con más de 30 años de tiempo transcurrido, en el que un
sistema de análisis de flujos continuos de energía permita identificar barrios
concretos donde podían alojarse los subversivos.
Aunque no hubiese una
finalidad antisubversiva en estas nuevas técnicas de análisis de información de
las comunicaciones masivas, la capacidad real de poder hacerlo, al margen de
cualquier conflicto o interés prospectivo derivado de ello, se puede decir,
siguiendo un simil neurológico, que estos procedimientos recientes permiten
auscultar el encefalograma real del mundo civilizado, lo cual va mucho más
allá, como lo insinuábamos un poco más arriba, de las aplicaciones de
inteligencia de orden táctico.
Disponer de un instrumento de
tal alcance autoriza a traspasar el conocimiento de las formas de expresión del
continuo económico-político-militar de una coyuntura, y poseer la capacidad
última, de largo alcance, de medir la conducta del ente demográfico
globalizado. Para algunos quizás sea la “actualización (sensu tomista)” definitiva del escenario
propuesto de forma novelada por George Orwell en su novela 1984.
Sin embargo, al igual que
otros medios tecnológicos humanos, a lo largo de más de un millón y medio de
instrumentos elaborados por la comunidad homínida, cada adelanto tecnológico es
multifuncional. Y estos métodos y procedimientos, eventuales, que aquí hemos
formulado también pueden tener, potencialmente, profundas consecuencias si su uso con fines puramente preventivos estratégicos se
transformase en usos con finalidades diferentes.
Por ahora, los dejaremos a
Uds. imaginar y entusiasmarse en la formulación de otras funcionalidades positivas
y posibles, y que creemos son ya inminentes para estas tecnologías.