GOTAS
de fina lluvia infinita
en esta catedral
verde
y
fría
mojan mi cara
Trinos inesperados
del agua
sobre las altas ramas
y hojas
Arroyos diminutos
se hunden
en espesas alfombras vegetales
que piso con mis botas
El profundo
y gris canal oceánico
muerde raíces
de estos viejos alerces gigantes
Silencios sonoros
temblorosos
de lluvia larga
riegan mi alma atacameña y mediterránea
aquí
en los bosques patagónicos
del océano austral americano
donde se disgregan los Andes occidentales
Cada árbol viejo
alberga galaxias de vida
Así
este frío bosque empapado
me obliga
a un lento caminar
Creo oir las burlonas voces
de los patagones masacrados
Quizás me digan
“navega
hombre tonto
no camines”
Pero ellos no saben
que busco
al corazón de piedra verde
Viajes Secretos
Igor Parra