una anciana morena me leyó el tarot
hace muchos meses
tantos que ya parecen años
me lo leyó sobre ásperas sábanas manchadas de luz
cerca de tongoy
y lo que me predijo se cumplió
Todo era exacto
Sin embargo en esa lectura matinal
con olor a olas y huiros gingantes
no aparecias tu
en ninguna carta se anunciaba tu cabello revuelto por el viento sureño
ninguna cábala
ninguna estrella
insinuaban siquiera tu presencia total
en mi piel
en mis cabellos
en mis labios
en mis manos domadoras
por esta razón astral
sé
ahora
que hay universos paralelos
en los que los signos de las estrellas
sólo alumbran una parte de la realidad
mientras en la otra hay sombras
de las que emergen verdades tan hermosas
como tu
verdades inesperadas
supinas
repentinas
de metalica estructura
pero suaves
como tu piel
Porque eres la maga de esta hora austral
porque fuiste conmigo a la tierra solitaria del Trauko
porque navegamos por mares profundos y frios
rodeados de patrankas en la hora crepuscular
y por tantas razones más
rompo el tarot
borro mis lineas de la mano
escupo sobre mi carta astral
cubro con mi cuerpo tus ojos hechiceros
te desnudo cerca del rio Nilo
(paradojas del Valdivia)
y te canto viejas canciones sefarditas
justo en el lobulo de tu oreja cercana
Por tu cuello iré más tarde
no tengo ninguna prisa
llegaré a todas partes antes que después
en el momento justo
que para mi viene marcado
por el agitado tamboreo
de tu corazón
lejano
por
ahora
en esta hora de estrellas frias en el remoto cielo
en esta hora de velos descubiertos
de carnes estrechadas
en abrazos violentos
por todo esto dudo del tarot
porque no se anuncio de manera alguna
estas verdades de la hora actual
de nuestra hora americana
de estas horas verdaderas
que quieren ser eternas
en tu cuerpo
sobre el mio
en nosotros