miércoles, 3 de julio de 2024

Elementos para reflexionar sobre el centro geopolítico chino y sus radios más eficientes

 para una hipótesis contra-intuitiva china

igor parra

ciertamente existe una máxima tensión geopolítica entre occidente, encabezado por los EEUU y secundariamente por Europa occidental, y la China continental. Hay abundante información que satura los media con las bravatas chinas sobre Taiwan, su proyectada resurrección de la ruta de la seda, su crecimiento muy significativo de su marina de guerra, y de una serie de sistemas de armas muy poderosas en su diseño tecnológico, pero no suficientes como para inducir un verdadero estado de guerra entre los rivales geopolíticos más arriba señalados.

Es cierto que el progreso económico chino que sustenta estas nuevas capacidades militares ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos decenios. Lo notable es que ha alcanzado cotas de desarrollo material que otros sistemas, incluso el ruso, no han conseguido en tan corto tiempo para tan amplias zonas geográficas y tan significativos contingentes demográficos. Haber sacado de la pobreza miserable a cientos de millones de habitantes, es díficil para uno usar el concepto de ciudadano tal como lo entendemos nosotros, es una proeza histórica sobre la que en posts anteriores hemos opinado muy sintéticamente.

Acá propondré una lectura muy contra-intuitiva que se basa en los hechos materiales con los que los arqueólogos acostumbramos a razonar, al margen de la ideología y de la propaganda que satura los sistemas de comunicación. Es decir esta opinión aquí expresada corre enteramente por mi propia cuenta; cabe decir que la propaganda también existía hace varios milenios atrás, de la misma forma que el pensamiento mágico prehistórico tiene que haber sido muy operativo en la época en que la tierra fue habitada por otras especies humanas, es decir hasta no hace muchos decenios de miles de años atrás.

Aquí me centraré en una especulación que he mostrado a mis relaciones personales rusas con las que mantengo un estrecho contacto incluso en estas épocas de guerra desde los años de doctorado en Montpellier, en la primera mitad de la década de los 90. Es este hecho el que me anima a compartir muy brevemente lo esencial de mi punto de vista y que puede sonar a extraterrestre, pero se basa en hechos materiales espaciales interpretables, y en principios operativos de lógica estratégica a gran escala temporal y geopolítica.

Y precisamente lo que propongo finalmente es que estamos asistiendo a una maniobra de muy largo plazo, que puede abarcar decenios aún en  el rompimiento del lazo marino que sufre China: este rompimiento no será a través del mar, ni del océano, sino a través de la masa continental asiática rusa: tengo la impresión que el gran premio de la maniobra actual en curso por parte China consiste en ocupar y sobre todo utilizar a gran escala los recursos siberianos.

La idea detrás de esto es que la verdadera nueva ruta de la seda, que necesita una conexión terrestre no se hará a través de puertos en mares tumultuosos geopolíticos. Es menos notorio y más efectivo lanzar desde un centro continental chino una maniobra estratégica de uso espacial siberiano que garantiza ulteriores movimientos terrestres hacia occidente por el sector menos conflictivo, al menos mucho menos conflictivo que la vía marítima oceánica. 

Esto nos lleva a considerar seriamente que la maniobra de recuperación de Taiwán no es la prioridad absoluta para la dirigencia china. Cualquier ganancia en ese territorio fruto de la presión actual es una ganancia neta, pero no amortiza el costo del esfuerzo en curso. Sin embargo fortalecer y desarrollar un radio puramente continental por espacios inmensamente ricos en recursos, y sin dificultades mayores de sistemas montañosos complejos tanto geofísicos como geopolíticos, parece ser la línea de menor esfuerzo hacia un avance a occidente que a mediano plazo, digamos 50 años como mínimo, resultará en un aprovisionamiento de materias estratégicas de tipo expansivo, que no se puede obtener con igual facilidad en Africa, en las Américas, ni mucho menos en Asia continental o insular.

Y esta línea de menor esfuerzo asio-asiático continental, para China, no es otra cosa que un desarrollo clásico del concepto de un centro con una periferia no tan conflictiva como las otras periferias sobre todo marítimas o próximo continentales. Apostamos a que el radio estratégico realmente importante para los dirigentes chinos es el que ya está operativo en Siberia.

en Burgos a poca distancia del Cid Campeador