lunes, 26 de agosto de 2013

Juegos de Estrategia en el Mediterráneo Oriental III

EL LABERINTO

Igor Parra
(igor.parravergara@gmail.com)



En la literatura clásica, a la que tantas veces hacemos mención en este blog, nos enseña que en dos lugares del mediterráneo occidental se conoció esa rara sensación de la persona sorprendida por una realidad que no atisba a resolver: el nudo gordiano, que Alejandro rompe con su espada, y el laberinto del Minotauro, del que el héroe clásico sale gracias a su astucia, y a la muerte del monstruo que lo atormentaba en su dédalo de callejones entrevesados.
Ahora en Asia Próxima tenemos un escenario rico en situaciones complejas, aparentemente sin soluciones simples. Incluso llevar el martillo de la guerra total a tal o cual escenario no ha sido aplicado por la alianza anglosajona y su rémora francesa dado el elevado riesgo que hasta ahora se augura como consecuencia de tal presencia o acción militar frontal ya en Siria, ya en Israel.
Desde nuestro punto de vista, en el momento actual tales escenarios, así como el relativamente autónomo, en términos políticos, de Egipto, presentan una característica hasta ahora inédita: tanto Siria como Egipto constituyen el centro de gravedad, en el área mediterránea del mundo islámico en el hemisferio occidental. Iraq e Irán no son mediterráneos, aunque a lo largo de la historia se han acercado política y militarmente a este mar interior, cuna de nuestra cultura occidental, en la que no debemos olvidar nunca el aporte inmenso - fundacional- que los egipcios antiguos transmitieron, en épocas precristianas, a la cultura occidental a través de la Antigua Grecia.
De ese conocimiento podemos deducir que cualquier acción en uno de esos escenarios tiene consecuencias muy amplias, no sólo en las zonas próximas a estos escenarios conflictivos.
En el escenario sirio una intervención occidental abierta y frontal terminará de producir la división territorial del Estado sirio, pero es muy probable que pase mucho tiempo antes de refundarse un ente político territorialmente unificado, al menos tal como lo conocemos desde la intervención francesa en ese territorio, después de la Primera Guerra Mundial.
Ahora todo depende en saber si hay intereses suficientemente poderosos para evitar esa fragmentación territorial en ciernes, que terminará de cristalizarse con la acción militar occidental. Y en ese grupo de intereses es probable que, paradójicamente, se encuentre el propio Estado de Israel, pues ellos mejor que nadie conocen el valor estratégico de tener un Estado en frente y no la guerrilla permanente de grupos territorialmente dispersos pero con alto poder de fuego, detrás de fronteras débiles.
La dinámica del escenario egipcio corre con un guión diferente, donde los tambores de guerra quizás no lleguen nunca a escucharse, pues el ejercito es suficientemente poderoso para evitarlo. Sin embargo, aún nos preguntamos si lo que formulamos, hace ya más de un año, sobre una hipótesis "iraní" puede, o no, estar totalmente excluida en la tierra de las pirámides. Pues la reacción de los islamistas organizados políticamente quizás decidan dar un paso en una dirección desconocida para ellos hasta ahora, a la vista de los magros resultados de ser un movimiento de gran alcance social sin brazo armado: iniciar o profundizar su accionar dentro de las filas del ejercito egipcio...precisamente lo que denominamos desde hace un cierto tiempo como el perfume iraní que nos parece invade cada vez más el escenario egipcio, no porque los iraníes estén presentes allí, sino porque su modelo de control del mejor ejercito de oriente próximo, totalmente pro occidental en sus rangos medios y superiores nos sigue pareciendo útil para formular hipótesis de trabajo, allende los mares.