martes, 31 de julio de 2018

el ánima despierta

verano en Paris y Barcelona
calor húmedo
turistas
largos paseos por mi primera ciudad
universitaria y laboral
ciudad de mi estudioso exilio desde mediados de los setenta

no hubo limite que me impusiese que no lograse en Barcelona
pocos límites pocos objetivos
ambiciosos
pocos y difíciles

y en Paris y Haironville intensas lecturas como hace tantas décadas atrás
nada de turismo
leer para aprender y estudiar hasta el agotamiento físico
y en PAris caminar en un perimetro demarcado por la rue Saint Jacques
rue de Montmorency y Rivoli
cruzando siempre a pie de la rive gauche a la rive droite

comer en restaurantes libaneses y tibetanos
cerca del Panteón
rue de la Contrescarpe
vivir dias y casi noches
en la biblioteca del centro Pompidou

leer sobre la revolución francesa hasta tarde mientras
en las calles viejas calles resuena la Marsellaise
cantada durante los partidos de futbol del mundial en Rusia

Fantástica emoción sonora y lectora
olas de canto patriótico en los mismos escenarios
de ese parto de los montes que fué la Revolución a metros
de los lugares esenciales de la Historia occidental europea

Si este ha de ser mi último verano europeo
es una forma inesperada de despedida
está siendo intensa
porque remece el seso
y mantiene en vigilia
el anima despierta

Igor Parra, en Bellvitge piso 17 en la Marina frente al puerto