sábado, 21 de mayo de 2011

Evolución política en España (I): los origenes del método

ORIGENES DEL METODO

Igor Parra

Todo fenómeno tiene un origen, y este que vivimos en esta primavera española tiene ciertamente sus raíces en la desafección de los jóvenes hacia un sistema político corrupto, especulador, controlado por los banqueros, ya sea de la banca o de las cajas de ahorro, con una clase política entregada al mejor postor, que declaran que hay que "satisfacer los mercados" por todo, y estrecho, horizonte político.
La crisis económica de los últimos años está sirviendo, al menos, para de mostrar a la juventud su rol exacto en el sistema de producción del primer mundo: un rol poco relevante porque se ha deslocalizado la producción industrial en otras partes del planeta o se ha importado masivamente mano de obra muy barata. su rol es consumir y consumir, y trabajar de forma muy precaria, tal como lo hicieron sus bisabuelos o tatarabuelos allá por el siglo XIX o principios del XX.

El origen metodológico de lo que vemos en España se encuentra en Islandia, y aqui pongo una entrevista al inventor del proceso en las calles, pacífico pero masivo no solo en números sino también en la calidad de los resultados que han obtenido, poniendo en fuga a los banqueros que vendieron el lejano pais nórdico al mejor postor, el inglés que usa es diáfano y creo que es un documento histórico en sí mismo. Vale la pena verlo y escucharlo:


jueves, 19 de mayo de 2011

Evolución del pensamiento estratégico (II): LA DERROTA Y EL FUTURO

LA DERROTA Y EL FUTURO

Igor Parra


Así como en la física de la materia toda acción tiene una reacción, en el campo de las relaciones complejas entre grupos humanos, toda victoria tiene un tipo equivalente de derrota. Aunque unos ganen y otros pierdan, la Historia de las civilizaciones nos muestra que no hay dos victorias iguales ni, por consiguiente, tampoco hay dos derrotas simetricamente idénticas.

Por ejemplo, Alemania fue derrotada dos veces a lo largo de la primera mitad del siglo XX por medios militares, imponiendole, los vencedores, condiciones muy duras. Sin embargo, a diferencia de la primera derrota del año 1918, la de 1945 significó la destrucción completa del Estado alemán, además de la violación masiva de cientos de miles de mujeres alemanas a manos de las tropas soviéticas y americanas (ver el libro de Gilles Mc Donogh, las Memorias de Konrad Adenauer, y mi post Abrupt Civilization Change en abruptcivilizationchanges.blogspot.com).


Lateralmente, los rusos ya habian sido vencidos  antes de 1941 a lo largo de siglos de guerras contra mogoles, turcos, polacos, alemanes, británicos e incluso japoneses, pero ninguna de esas derrotas comportó el coste inmenso de más de 20 millones de muertos que dejaron a su paso las tropas alemanas durante 5 años de guerra en territorio soviético.


Otro ejemplo del siglo XX es la propia guerra americana en Vietnam: a pesar de causar más de 2 millones de muertos entre los vietnamitas y de tener sólo unas 50 mil bajas en sus filas, son ellos, los americanos los que fueron derrotados.


A veces la Derrota significa la completa desaparición de una civilización, caso extremo y por lo tanto no frecuente. En general, un tipo de Derrota es la contraparte de un tipo de Victoria. Sabemos por la documentación escrita y arqueológica que son pocas las civilizaciones “derrotadas” total y absolutamente, es decir barridas del mapa sin más.


En el caso de la guerra del Vietnam, y creo que algo similar pasará con las guerras asiáticas actuales de los americanos, la Arqueología de la guerra en el territorio vietnamita informará al futuro de la victoria americana: el territorio fue devastado por los bombardeos estratégicos, por los tácticos con bombas de napalm, por el agente naranja que desfolio bosques y mató gente, por la desaparición física de cientos de aldeas rurales en los bosques y en los deltas fluviales vietnamitas...sin embargo la Derrota fue americana porque fue su voluntad de combatir la que fue doblegada por la resistencia vietnamita.


Así, ¿cómo documentar y por lo tanto cómo entender la Derrota de la Unión Soviética en Afganistán, cuando la mayor tasa de destrucción física la realizaron ellos sobre poblados, aldeas y gentes afganas? También su voluntad fue afectada pero a diferencia de los americanos, su Derrota fue aún mayor pues destruyó completamente las bases ideológicas sobre las que se construyó ese modelo de comunismo de guerra. Los americanos no cambiaron de modelo económico ni ideológico, los rusos sí.


La imposición de una voluntad geopolítica y/o sociopolítica sobre la del adversario tiene pues formas muy variadas, que incluyen las formas militares, pero queda claro que no son las únicas formas posibles ni de Victoria ni de Derrota. También hay formas puramente económicas y sociopolíticas de Derrota, y acostumbran a ser mucho más crueles que las comentadas anteriormente.


Tomemos como objeto de observación y pensamiento al esclavismo. Veremos que esta forma de imposición de la voluntad de un grupo sobre otro grupo comporta la perdida total de derechos individuales y grupales para transformar al esclavo en un objeto parlante (según la definición clásica romana). El origen del esclavismo tiene una matriz violenta física, en la antigüedad estaba directamente relacionada a la Derrota militar interestatal, o a la perdida de libertad por endeudamiento de un civil en relación a otro civil, que lo reducía violentamente al estado de cosa bipeda parlante.


El grado de violencia necesaria para llevar milones de esclavos africanos negros hacia América en la era Moderna, a partir del siglo XVII, la ejercieron sobre el terreno tanto musulmanes africanos y asiáticos como judíos y cristianos. Esta violencia consistía en aterrorizar, y paralizar consiguientemente, la voluntad de resistencia de grupos enteros de habitantes del bosque y de las sabanas africanas para llevarlos por la fuerza, encadenados y castigados brutalmente, hacia tierras muy lejanas. No se trataba de una guerra militar sensu stricto pero causó la devastación moral y física permanente de más de la mitad de un continente densamente poblado por entonces. Y las consecuencias de ese tráfico de personas aún repercuten en la realidad contemporánea del Africa negra.


Así con un bajo grado de violencia física se produjo una catástrofe absoluta de tal magnitud que se modificaron permanentemente las condiciones de vida y de organización sociopolíticas de ese territorio. Se impuso una voluntad europea, de comercio de personas, sin ninguna guerra de por medio, y a través de intermediarios mercenarios de diferentes religiones y naciones se realizó una acción con consecuencias mucho más brutales que las derrotas americanas, alemanas, francesas, rusas y japonesas de la edad moderna. Desde mi punto de vista es el arquetipo de la Derrota total.


Por ello, la situación actual esta pautada por múltiples guerras locales de reposicionamiento africano y asiático de areas de influencia entre los antiguos colonialistas europeos y los modernos americanos. Es fruto de los origenes muy violentos del actual sistema económico, que atraviesa una profunda transición política, al término de la cual conceptos que aún poseen un cierto significado formal, tal como Democracia representativa, están siendo modificados cada día que comienza. La gran incognita, que hace la vida intelectualmente llevadera, pues no conocemos en absoluto el resultado de esta transición, es saber el grado de violencia física y moral que será necesaria para cambiar en tal o cual dirección el curso de los acontecimientos, y, al mismo tiempo, el grado de violencia que será seguramente utilizado para intentar hacer perdurar el sistema actual, que se desdibuja cada día que pasa frente a nosotros.


El caso adquiere interés si consideramos que en épocas anteriores, y hasta hace poco tiempo atrás, ese nivel de violencia internacional no militar, tal como el esclavismo impuesto a los africanos negros, produjo enormes beneficios materiales a paises y sociedades europeas. En la fase actual, la concentración exponencial de riqueza en curso ha comenzado a privar rápidamente de esos beneficios, acumulados durante los últimos 150 años, a muy amplias capas de población del primer mundo. Si a esto agregamos la socialización de las pérdidas financieras, ocasionadas por los mayores beneficiarios de esa acumulación de riqueza, tenemos un escenario, en el que creo que ya estamos inmersos, de gran violencia social al interior de los limites geográficos del primer mundo.

jueves, 5 de mayo de 2011

Evolución del pensamiento estratégico

LA VICTORIA

Igor Parra


La probable muerte de Bin Laden ha alegrado a los norteamericanos a unos niveles que parece sorprenden fuera de ese pais. Durante 3 años tuve la oportunidad de visitar con alguna frecuencia la oficina de mi padre en la torre norte del WTC que estaba situada con vistas al rio y a la amplia bahía. Desde ese lugar envié a Roma y a Barcelona mi aporte a la formulación de un programa europeo de cambio climático; lo redacté a 51 pisos por encima de Wall Street y desde el boscoso laboratorio universitario de mi amigo y colega George K, en la frontera del Estado de Nueva York.
Cuando todo ese mundo se derrumbó, el 11 de septiembre del 2001, el azar de los dioses juguetones me hizo escuchar -triste- la noticia en directo por la radio, mientras cruzaba velozmente en un taxi los campos de Waterloo.
Aprovechando estos recuerdos, me pregunto: ¿qué diferencia la muerte de Bin Laden de la victoria británica sobre Napoleón en Waterloo?, casi podriamos extender esta pregunta, cuya respuesta es adimensional, a la situación actual en el norte de Africa: ¿qué diferencia el fin de Mubarak en Egipto de la situación en Libia o en Siria?
La diferencia es algo esencial y por ello simple de escribir pero difícil de comprender cabalmente: esa diferencia está en “la voluntad”.
Si la muerte de Bin Laden no significa una inflexión cualitativa en la voluntad de combatir de los miembros de su red, entonces su muerte no es una victoria. Cuando Napoleón pierde en Waterloo no fue un asunto personal entre él y Wellington. La derrota en los campos belgas significó el final de la voluntad de combatir de la nación francesa. De igual manera las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, necesarias o no, marcan el final definitivo de la voluntad de combatir del Imperio japonés.
Por lo tanto, una Victoria que afecta "la voluntad de combatir", con mayúsculas, significa un triunfo espacial y temporal, que es lo que Roma otorgaba a los ciudadanos victoriosos que cumpliendo tareas militares para la República mandaban sus tropas y obtenían, después de la campaña militar, el total dominio romano del espacio y del tiempo enemigo. Este es el núcleo de una Victoria: que el enemigo ya no desee, porque no puede fisica o moralmente, recuperar ninguna iniciativa, ni por lo tanto usar de forma organizada ningún espacio ni tiempo.
Para mí, la Victoria significa esencialmente el uso o usufructo del tiempo de un contrincante sobre el del adversario. El mejor ejemplo contemporáneo lo tenemos tanto en Vietnam como en Afganistán, pues en ambos casos el enorme poder de fuego de un contrincante no dobla la voluntad de combatir organizadamente en el espacio y en el tiempo al adversario. Al contrario, el poseedor del mayor poder de fuego entra en el rompecabezas que le impone la parte aparentemente más débil, que intercambia de forma no lineal espacio por tiempo. Algunos analistas denominan a este juego estratégico una guerra asimétrica, pero me parece que hablar de asimetrias da una noción demasiado euclidiana, geométrica, a la comprensión de un tema muy complejo.
En Waterloo, Hiroshima y Nagasaki, así como en otros finales linearizados de encuentros entre potencias equivalentes, la Victoria es un punto preciso en el tiempo y en el espacio. Cuando el enfrentamiento es entre fuerzas desiguales la Victoria sólo se alcanza con el dominio real de los tiempos del conflicto, esto conllevará sucesivamente al dominio espacial, y no al revés, detalle que le costó la guerra del Vietnam a los norteamericanos, y va camino de significarles malos tragos en el tema de Irak y de Afganistán.
Ya lo hemos comentado en otros posts de este blog, pues emerge en diferentes temas que se observan de la contingencia estratégica: la materia más importante no radica, en la época contemporánea en el dominio de los espacios, sino en el dominio de los tiempos. Si observamos con ojo crítico la Historia militar veremos que a las victoriosas campañas de Hanibal en Italia les faltó consolidar simultáneamente un dominio espacial, es decir en el fondo su problema, condicionado por la tecnología de transporte de la época, fue temporal. En Vietnam el ejército americano, varios ordenes de magnitud más poderoso en poder de fuego que el vietnamita podía estar en múltiples sitios a la vez, pero no de forma permanente. El calendario vietnamita se impuso en medio de derrotas tácticas, y esto les significó la Victoria final.
Algo similar ocurrió con el imperio inglés y con los soviéticos en Afganistán: en momentos diferentes con medios tecnológicos de punta en cada momento histórico no fueron capaces de imponerse, no ya en el espacio sino en los tiempos de la complejísima guerra de montañas.
Por esta razón me pregunto si la Otan hace sus deberes a la hora de evaluar con mapas sus avances afganos, ¿y si el adversario talibán no mide su esfuerzo en kilómetros o millas cuadradas? Si esto es así la muerte de Bin Laden no es una Victoria estratégica, y quizás tampoco lo sea táctica.
A una escala más mediterránea, justo a las puertas meridionales de Europa, Gadafi gana batallas y evita derrotas...pero su tiempo ya no es suyo, aunque aguantase dos o tres años más en el poder. Los antiguos poderes coloniales han decidido sobre su suerte, y él carece del factor que podría hacerle remontar su inferioridad militar y llevar a un plano temporal el conflicto: ha perdido la unidad de acción interna de un segmento de su propia población.
Estos son los temas de fondo, según mi punto de vista en estas horas trágicas, en las que un montón de noticias secundarias intentan ocultar lo que esta ocurriendo en Siria y en otros lugares clave, como Palestina e Israel.
Podemos pensar cualquier cosa sobre estos tiempos actuales que observamos...menos que sean aburridos al espiritu crítico.