jueves, 19 de mayo de 2011

Evolución del pensamiento estratégico (II): LA DERROTA Y EL FUTURO

LA DERROTA Y EL FUTURO

Igor Parra


Así como en la física de la materia toda acción tiene una reacción, en el campo de las relaciones complejas entre grupos humanos, toda victoria tiene un tipo equivalente de derrota. Aunque unos ganen y otros pierdan, la Historia de las civilizaciones nos muestra que no hay dos victorias iguales ni, por consiguiente, tampoco hay dos derrotas simetricamente idénticas.

Por ejemplo, Alemania fue derrotada dos veces a lo largo de la primera mitad del siglo XX por medios militares, imponiendole, los vencedores, condiciones muy duras. Sin embargo, a diferencia de la primera derrota del año 1918, la de 1945 significó la destrucción completa del Estado alemán, además de la violación masiva de cientos de miles de mujeres alemanas a manos de las tropas soviéticas y americanas (ver el libro de Gilles Mc Donogh, las Memorias de Konrad Adenauer, y mi post Abrupt Civilization Change en abruptcivilizationchanges.blogspot.com).


Lateralmente, los rusos ya habian sido vencidos  antes de 1941 a lo largo de siglos de guerras contra mogoles, turcos, polacos, alemanes, británicos e incluso japoneses, pero ninguna de esas derrotas comportó el coste inmenso de más de 20 millones de muertos que dejaron a su paso las tropas alemanas durante 5 años de guerra en territorio soviético.


Otro ejemplo del siglo XX es la propia guerra americana en Vietnam: a pesar de causar más de 2 millones de muertos entre los vietnamitas y de tener sólo unas 50 mil bajas en sus filas, son ellos, los americanos los que fueron derrotados.


A veces la Derrota significa la completa desaparición de una civilización, caso extremo y por lo tanto no frecuente. En general, un tipo de Derrota es la contraparte de un tipo de Victoria. Sabemos por la documentación escrita y arqueológica que son pocas las civilizaciones “derrotadas” total y absolutamente, es decir barridas del mapa sin más.


En el caso de la guerra del Vietnam, y creo que algo similar pasará con las guerras asiáticas actuales de los americanos, la Arqueología de la guerra en el territorio vietnamita informará al futuro de la victoria americana: el territorio fue devastado por los bombardeos estratégicos, por los tácticos con bombas de napalm, por el agente naranja que desfolio bosques y mató gente, por la desaparición física de cientos de aldeas rurales en los bosques y en los deltas fluviales vietnamitas...sin embargo la Derrota fue americana porque fue su voluntad de combatir la que fue doblegada por la resistencia vietnamita.


Así, ¿cómo documentar y por lo tanto cómo entender la Derrota de la Unión Soviética en Afganistán, cuando la mayor tasa de destrucción física la realizaron ellos sobre poblados, aldeas y gentes afganas? También su voluntad fue afectada pero a diferencia de los americanos, su Derrota fue aún mayor pues destruyó completamente las bases ideológicas sobre las que se construyó ese modelo de comunismo de guerra. Los americanos no cambiaron de modelo económico ni ideológico, los rusos sí.


La imposición de una voluntad geopolítica y/o sociopolítica sobre la del adversario tiene pues formas muy variadas, que incluyen las formas militares, pero queda claro que no son las únicas formas posibles ni de Victoria ni de Derrota. También hay formas puramente económicas y sociopolíticas de Derrota, y acostumbran a ser mucho más crueles que las comentadas anteriormente.


Tomemos como objeto de observación y pensamiento al esclavismo. Veremos que esta forma de imposición de la voluntad de un grupo sobre otro grupo comporta la perdida total de derechos individuales y grupales para transformar al esclavo en un objeto parlante (según la definición clásica romana). El origen del esclavismo tiene una matriz violenta física, en la antigüedad estaba directamente relacionada a la Derrota militar interestatal, o a la perdida de libertad por endeudamiento de un civil en relación a otro civil, que lo reducía violentamente al estado de cosa bipeda parlante.


El grado de violencia necesaria para llevar milones de esclavos africanos negros hacia América en la era Moderna, a partir del siglo XVII, la ejercieron sobre el terreno tanto musulmanes africanos y asiáticos como judíos y cristianos. Esta violencia consistía en aterrorizar, y paralizar consiguientemente, la voluntad de resistencia de grupos enteros de habitantes del bosque y de las sabanas africanas para llevarlos por la fuerza, encadenados y castigados brutalmente, hacia tierras muy lejanas. No se trataba de una guerra militar sensu stricto pero causó la devastación moral y física permanente de más de la mitad de un continente densamente poblado por entonces. Y las consecuencias de ese tráfico de personas aún repercuten en la realidad contemporánea del Africa negra.


Así con un bajo grado de violencia física se produjo una catástrofe absoluta de tal magnitud que se modificaron permanentemente las condiciones de vida y de organización sociopolíticas de ese territorio. Se impuso una voluntad europea, de comercio de personas, sin ninguna guerra de por medio, y a través de intermediarios mercenarios de diferentes religiones y naciones se realizó una acción con consecuencias mucho más brutales que las derrotas americanas, alemanas, francesas, rusas y japonesas de la edad moderna. Desde mi punto de vista es el arquetipo de la Derrota total.


Por ello, la situación actual esta pautada por múltiples guerras locales de reposicionamiento africano y asiático de areas de influencia entre los antiguos colonialistas europeos y los modernos americanos. Es fruto de los origenes muy violentos del actual sistema económico, que atraviesa una profunda transición política, al término de la cual conceptos que aún poseen un cierto significado formal, tal como Democracia representativa, están siendo modificados cada día que comienza. La gran incognita, que hace la vida intelectualmente llevadera, pues no conocemos en absoluto el resultado de esta transición, es saber el grado de violencia física y moral que será necesaria para cambiar en tal o cual dirección el curso de los acontecimientos, y, al mismo tiempo, el grado de violencia que será seguramente utilizado para intentar hacer perdurar el sistema actual, que se desdibuja cada día que pasa frente a nosotros.


El caso adquiere interés si consideramos que en épocas anteriores, y hasta hace poco tiempo atrás, ese nivel de violencia internacional no militar, tal como el esclavismo impuesto a los africanos negros, produjo enormes beneficios materiales a paises y sociedades europeas. En la fase actual, la concentración exponencial de riqueza en curso ha comenzado a privar rápidamente de esos beneficios, acumulados durante los últimos 150 años, a muy amplias capas de población del primer mundo. Si a esto agregamos la socialización de las pérdidas financieras, ocasionadas por los mayores beneficiarios de esa acumulación de riqueza, tenemos un escenario, en el que creo que ya estamos inmersos, de gran violencia social al interior de los limites geográficos del primer mundo.