lunes, 28 de marzo de 2011

Evolución política en Libia (II)

LIBIA (II): De Táctica y Estrategia y la Evolución del Centro del Poder Norteamericano

Igor Parra


Al leer la prensa internacional estos dias de avances y retrocesos en la guerra civil libia, me parece que se confunde a la opinión pública al usar inapropiadamente el término “estrategia”, sobre todo al valorar la conquista o la pérdida de tal o cual ciudad litoral libia como “enclave estratégico”. De igual forma desorienta leer que la aviación aliada realiza ataques a enclaves estratégicos, que aborta movimientos estratégicos, que protege avances estratégicos...y así ad infinitum.
En la memoria escrita del Mediterráneo, y de otras partes del planeta, hay numerosos antecedentes de lo que está ocurriendo en Libia, donde lo verdaderamente estratégico resultará ser el control final de los yacimientos de petróleo y gas, que fueron nacionalizados por el dictador Gadafi hace varias décadas atrás. Ese es el nudo principal, hacia él tiende toda la tensión militar y civil en este momento en Libia, tanto de los libios como de los franceses, británicos y norteamericanos. En este sentido creo que lo verdaderamente estratégico es la decisión de Gadafi de luchar por permanecer en el poder, también es estratégico el levantamiento de un aparte de la población, y lo que plantean franceses y británicos de establecer un horizonte político a este conflicto del mediterráneo central.
Lo que los periodistas llaman “estrategia” parece ser una ingenieria militar compleja que, sin embargo, entra en los límites prácticos y teóricos de lo que se acostumbra denominar “táctica”.
Si leemos a la escuela militar alemana de la entre-guerra franco-prusiana y la primera guerra mundial, este tipo de acciones, de la guerra civil libia, entran de lleno en la “gran táctica”, que incluye incluso las maniobras de varios cuerpos de ejército que actuan sincronizadamente sobre uno o varios teatros de operaciones, en los cuales a su vez pueden ocurrir simultáneamente más de una batalla.
Es desde esta óptica, distinguiendo entre estrategia y táctica, que podemos observar mejor algunos eventos que parecen a primera vista contradictorios, pero que se insertan en una dinámica más amplia, en la cual se ordenan conceptualmente.
Por ejemplo, la aparente contradicción de Obama por traspasar a la OTAN el mando de la operación, y las prisas de británicos y franceses por dar una solución política al conflicto.
Aunque a primera vista resulte extemporáneo, a mi me parece que este tema libio está mostrando, en el Mediterráneo, los límites de la estrategia norteamericana posterior a la caida del muro de Berlin, en la cual se apuntaba desarrollar capacidades sincrónicas de combate victorioso en, al menos, dos o tres escenarios regionales diferentes. La falta de una victoria clara en la guerra en Irak y la sangría lenta y constante de la guerra en Afganistan-Pakistan marcan de forma silenciosa, sin estruendos verbales, los límites operativos del poder militar norteamericano en guerras no convencionales. Esas guerras en las que no hay enfrentamiento entre fuerzas regulares, que desarrollan en un espacio y en un tiempo finito los principios “industriales” de la “cantidad, continuidad y calidad”.
Una guerra civil como la libia, y las guerras asiáticas y africanas actuales, nos hablan precisamente de una situación inversa, es decir “no industrial” : no hay ni cantidad, ni continuidad ni, por lo tanto, la calidad de una victoria clara. Aunque el premio sea el control del petróleo libio, o del coltán y otros minerales estratégicos de gran potencial tecnológico.
Sin embargo, no nos dejemos engañar por las apariencias, todo lo anterior no significa ni mucho menos que la potencia militar norteamericana vaya a esfumarse por causa de su actual inadecuación a este tipo de guerras periféricas. En absoluto.
Simplemente, me parece a mi, que se está operando en el centro mismo del poder político de los EEUU un cambio cualitativo esencial, y es algo que las viejas orillas del Mediterráneo ya han visto hace veinte y dos siglos atrás: la evolución de una República a un Imperio. Al igual que en Roma, ille tempore, a lo largo de los últimos cincuenta años, desde el discurso de Dwight Einsenhower advirtiendo del peligro para la democracia del complejo militar-industrial, el peso real de la sociedad no militarizada norteamericana ha ido perdiendo importancia en la gestión de la cosa pública, a la hora de establecer los presupuestos de la nación, y sus prioridades de Defensa.
Asistimos a un cambio no sólo de escenario sino también de dinámicas de poder que pueden quedar reflejadas, entre otros ejemplos, con lo ocurrido a Obama exactamente el dia 28 de noviembre de 2009. Ese día, en una reunión del Consejo Nacional de Seguridad, el Alto Mando norteamericano impuso un calendario y sus contenidos en el tema de la movilización de recursos materiales y humanos desplazados a los teatros de guerra asiáticos (ver el reciente libro del periodista Carl Bernstein, que destapó Watergate:  Obama’s War (Simon & Schuster, Nueva York, 2010). No es un hecho aislado, pero es sintomática la imposición, el “diktat”, que el recién elegido presidente afroamericano debió soportar (sensu stricto: sobre-llevar). Algo similar le ocurrió al también demócrata Lindon Johnson cuando el partido militar-industrial lo arrastró, con el incidente prefrabricado de la bahía de Tonkin, a una masiva presencia militar terrestre en Vietnam. Esto  forma parte de la Historia, y no me gusta entrar en estériles debates moralizantes, pues esta dinámica se ha visto desde antiguo en el Mediterráneo.
La política romana de recursos naturales y humanos ya era imperialista décadas antes de Augusto y del inicio de la Roma Imperial. El concepto se llenó de realidad jurídica-administrativa cuando el senado aristocrático deviene un escenario vacuo, y el poder de decisión se traslada al jefe del partido militar romano: el Emperador. Este paso  esencial en la Historia Mediterránea no fue el resultado de una única batalla ni del accionar de un solo hombre. La expansión territorial y su compleja gestión, a lo largo de dos siglos dió finalmente todo el poder al partido militar.
Lo de Libia, me parece a mi-y lo de Wikileaks también- son coletazos finales del partido civil norteamericano.
En Libia y en el resto del mar mediterráneo, en Asia y Africa vemos en la hora actual un cambio de escenario en algo-recursos naturales masivos- que al principio de la era industrial, hace ya varios cientos de años, adquirió una forma colonial simple de obtención, después estuvo afectado por los dos campos de la guerra fría y ahora es una lucha directa sobre el terreno para redistribuir entre pocas potencias industrializadas el control de los recursos naturales del planeta, de los cuales el petróleo es, aún, la pieza fundamental del tablero.
¿Qué escenarios podemos imaginar a continuación , tanto en el área mediterránea como en el escenario planetario a partir de estas complejas realidades contingentes, embebidas en el cambio del paradigma energético-tecnológico?
Esto lo tratateremos de observar criticamente en nuestro próximo post, por ahora, y antes de dejar al atento lector unos dias, debo decir que cuando leo las declaraciones de algunos mandos norteamericanos sobre el hecho de que Libia no es un problema fundamental para su estrategia geopolítica, se me viene inmediatamente a la memoria esa verídica frase que Wiston Churchill escribe en sus memorias de la II Guerra mundial: “en tiempos de guerra la verdad avanza escoltada por nubes”, es decir por la desinformación.

martes, 22 de marzo de 2011

Evolución politica en Libia

LIBIA (I): ¿una guerra colonial o de liberación?

Igor Parra

El conflicto militar en Libia con la intervención armada de algunos paises occidentales, y de alguna monarquia árabe, abre algunos interrogantes que son de actualidad.
Me sorprende la improvisación de los aliados, pues están atacando en orden disperso sin unidad de acción, se apoyan en población local de la parte oriental de Libia, que presenta algunas características que la prensa no ha comentado estos días y que sin embargo me parece interesante observar con algún detalle. Por ello adjunto aquí mismo 3 links de una entrevista a una cooperante mallorquina, farmacéutica y psicologa que vive en Libia y que presenta una visión diferente de lo que estamos escuchando por los medios. 
Como el tema este es de suma gravedad creo útil postearlos aquí, esos links, y en un par de dias más realizar un comentario donde entraremos a ver el trasfondo político militar de estos eventos. Les adelanto que mucha de esta información es verificable, pero según mi punto de vista y mis datos de terreno africano, a pesar que los hechos son reales la interpretación de su concatenamiento me parece aún superficial. Porque aquí estamos presenciando, aunque no sea evidente, no solo una redistribución de areas de influencia en el norte de Africa y en toda Africa, en la que los norteamericanos han terminado de desplazar a ingleses y franceses, sino que además, estos eventos me parecen estrechamente vinculados a un cambio profundo de muy gran calado en el centro de poder norteamericano. 


- Entrevista a Leonor Massanet - [Parte 1/3]
http://www.youtube.com/watch?v=Sp1QPP_mIxA

 
- Entrevista a Leonor Massanet - [Parte 2/3]
http://www.youtube.com/watch?v=nP_1Mnp2u2w

 
- Entrevista a Leonor Massanet - [Parte 3/3]
http://www.youtube.com/watch?v=1ol5gaFSthE

 

miércoles, 16 de marzo de 2011

Coevolución tecnológica y natural: de terremotos y nucleares

TERREMOTOS Y MAREMOTOS : LIMITES A NUESTRO FESTIN (POR AHORA ILIMITADO)

Igor Parra

El mes de mayo del año 1960 vivía mi primera infancia en la ciudad portuaria de Iquique cuando ocurrió el famoso terremoto y maremoto que hundió algunas provincias chilenas, y azotó toda la costa del Pacífico. Años después, casi adolescente, viajamos con mi familia a través del río Valdivia hasta el océano Pacífico. A lo largo del trayecto de varias horas lo más impresionante para mi fue ver los barcos empotrados en la selva, varios metros por encima del nivel actual del río. La húmeda selva valdiviense intentaba digerir en su verdor frío y luminoso esas inmensas moles de acero a las que la ola del maremoto de 1960 arrancó de su horizontal trayecto fluvial, para acunarlos sobre los pacientes arboles.
Varios terremotos viví en Chile durante mi infancia, de mayor o menor intensidad, todos nos asustaban, aunque supiesemos cómo actuar, dónde protegernos. El último con cientos de muertos que viví in situ me pilló dando clases en Alhucemas el mes de Febrero del 2004. Dormía en un cuarto piso del centro de la ciudad, cuando me despertó el balanceo de la cama, el ruido del edificio, y los gritos de mis vecinos; las miles de personas corriendo por las calles hacia ninguna parte con cada una de las réplicas, que fueron fortísimas en esa ocasión, dan, apenas, una vaga idea de lo que uno piensa cuando se ve en las caras de los compañeros de desgracia que ha llegado el último minuto y segundo de la vida.
Ante la muerte, que esos días ví de cerca en el norte de Africa, uno observa el principal límite de la vida, pues es su final indeclinable. La muerte de familiares, conocidos, vecinos de mis alumnos rifeños me acercó mucho a la humanidad común que nos solidariza fuertemente ante la desgracia. Esta, la solidaridad, es una de las claves principales de la extraordinaria capacidad social humana de sobreponerse a catástrofes naturales, y sociales también.
Ahora en Japón observamos atentamente el comportamiento del conjunto social ante la destrucción de vidas y cosas, y a mi me admira la serenidad que aún se observa en la zona afectada por el maremoto. Un límite para hacer sonar las alarmas regionales y “planetarias”-como diría mi amigo Eudald Carbonell- sería la pérdida de esa serenidad y disciplina social.
Al mirar con cierto detalle el comportamiento de la compañia eléctrica propietaria de la central nuclear más afectada, la de Fukushima, vemos que algunos medios locales e internacionales comentan su falta de transparencia informativa tanto en la difícil hora actual como en periodos anteriores. Porque resulta que esta planta ya había tenido problemas de funcionamiento, y según un informe norteamericano, incluso un problema de diseño. La falta de transparencia informativa se convierte pues en un limite social muy importante a la hora de posicionarse en contra o a favor de la energía nuclear. La política del perfil bajo en los temas ambientales siempre es negativa, pero lo es doblemente en el tema de la energía nuclear.
Lo único que une, de forma clara, al menos para mi, lo acaecido en Japon con el problema de los residuos radioactivos de origen militar norteamericano en Andalucía, en la localidad de Palomares, es precisamente la opacidad informativa. A pesar de que la magnitud del problema de contaminación aquí en Palomares es infinitamente menor en relación a Japón, el común denominador es ese límite que apuntaba más arriba: cero política inteligente de comunicación. Y esto es lo que mueve a la profunda desconfianza hacia la industria nuclear, así, este limite social a esta tecnología ya ha paralizado su expansión en diversos territorios en los cuales imperan los regimenes democráticos, es decir varios paises de Europa y los Estados Unidos de América. Es probable que lo que esta ocurriendo ahora mismo en Japón vuelva a paralizar socialmente la expansión del sector energético nuclear tanto en el propio Japón como en Europa.
La enseñanza inmediata de lo que acontece ahora mismo en el principal archipielago asiático es que en materia nuclear los limites de la seguridad no pueden basarse en medias aritmeticas. Nuestra memoria del sistema natural nos enseña claramente que las magnitudes de los terremotos y de los maremotos sobrepasa el registro histórico reciente. Sin ir muy lejos del mediterráneo recordemos la desaparición total de la ciudad siciliana de Messina el año 1908 por causa de maremoto, y siempre en el mediterraneo, hace 3500 años atrás, otro maremoto destruyó completamente una gran civilización del mediterráneo central. Probablemente esas gigantescas olas quedaron reflejadas para siempre en nuestra memoria occidental a través del texto biblico que narra el hundimiento del ejercito egipcio que persigue a los hebreos.
La conclusión operativa de la observación de todos estos limites es que construir centrales nucleares cerca del mar siempre será una gran temeridad, acrecentada por la historia sismica del lugar. Esto último debiera descartar la localización de cualquier central nuclear, si se llegaren a construir en las costas españolas, y en general en las mediterráneas, así como en las de Perú, Chile, Ecuador y Colombia.
Si algo ha caracterizado la evolución humana es que solemos aprender, a veces con dificultad, las enseñanzas tremendas que reiteradamente nos procura nuestro entorno natural. En el momento actual este asunto de construir o renovar las autorizaciones a viejas centrales nucleares en funcionamiento se transformará en un eje importante de la vida política, es decir será un límite conceptual de la organización social (sus fuentes de energía) que influirá próximas elecciones democráticas. Mis compañeros alemanes están a punto de recoger muchos votos por su clara politica antinuclear, que movilizará un espectro social muy importante, incluso de la tradicional y conservadora derecha alemana. Con esto, que pasará en breve en Alemania, muchos habrán de pensar seriamente en los limites del actual crecimiento ilimitado del consumo de energía, por una parte porque no se puede crecer ilimitadamente en base a recursos finitos, y por otra porque los aparentemente ilimitados, como el nuclear (el uranio es un mineral finito), son peligrosos.

martes, 15 de marzo de 2011

Envío de artículo en ELPAIS.com.

ELPAÍS.com

"igor" ha compartido contigo un contenido de ELPAÍS.com

Comentario: "Aunque la diferencia fundamental entre Egipto y chile sn los 200 años de democracia formal chilena, algunas experiencias pueden servir, como por ejemplo la del tratamiento de los casos de tortura y en general de represión."

noticia

Egipto, Túnez y Sudamérica

He aquí una idea interesante que está rondando en círculos diplomáticos de la capital de Estados Unidos: tratar de que Egipto, Túnez y otros países del mundo árabe aprendan algunas de las lecciones de los procesos de transición democrática de América Latina. Sergio Bitar, un conocido político de centro-izquierda de Chile que ocupó varios ministerios y acaba de regresar de una visita de trabajo a Egipto, hizo referencia a este punto durante un discurso pronunciado el pasado miércoles en el centro de estudios Diálogo Inter-Americano.

ver contenido en ELPAÍS.com

Responde a "igor" (lealciencia@gmail.com)

© EDICIONES EL PAÍS, S.L.

domingo, 13 de marzo de 2011

[Pagina12WEB] Noticia enviada por Igor

El mundo  |  Domingo, 13 de marzo de 2011
OPINION

El Egipto que cambia

/fotos/20110313/notas/na26fo01.jpg
Por Carolina Bracco *

Con picos de audiencia altísimos a partir de la medianoche –comienzo del toque de queda, que finaliza a las seis de la mañana–, la televisión ofrece debates y entrevistas a deportistas, artistas e intelectuales que debaten sobre los cambios necesarios y exponen sus opiniones a la audiencia.

El lunes 2 de marzo fue sin duda un punto de inflexión, cuando el canal privado OTV invitó al entonces primer ministro Ahmed Shafik a un debate histórico. Es la primera vez que no sólo la TV egipcia sino también la TV árabe presenta un debate político de estas características. Duró tres horas y media, y se pudo ver al mandatario visiblemente incómodo ante la interpelación constante del escritor Alaa al Aswani, quien se posicionó hace ya unos años como uno de los interlocutores más feroces del régimen.

Tanto fue así que al día siguiente Shafik renunció o "lo renunciaron", ya que se supo primero de su dimisión en la página de Facebook del ejército. Fue reemplazado por Essam Sharaf, quien dijo haber obtenido su legitimidad del pueblo, específicamente de la plaza Tahrir, donde se lo vio en los días de la revolución en más de una oportunidad. Al viernes siguiente, Sharaf se presentó en la plaza, donde lo recibió una multitud exaltada, ante la cual hizo un juramento simbólico.

Ese mismo viernes 7 de marzo en la plaza Tahrir empezó a tomar fuerza otro reclamo, la desintegración del Departamento de Seguridad del Estado, organismo creado por y para Hosni Mubarak, conocido por sus métodos abusivos y criminales de control de la población. Ante la noticia de que el organismo estaba destruyendo evidencia de sus actividades, cientos de jóvenes cairotas y alejandrinos entraron a las respectivas oficinas a rescatar documentación que luego fue publicada en Internet. Videos, fotos y papeles mostraron la cara más oscura de la era Mubarak: represión, violaciones, tortura y hasta saldos de cuentas personales.

Entre los documentos, se encontraron órdenes orales y escritas de abrir fuego contra los manifestantes en los días de la revolución. De cientos de agentes –de los cuales hoy tenemos información personal completa gracias a la publicación en la net de sus fotos, datos personales y actividades–, sólo fueron arrestados 47 por el ejército, que "dejó hacer" durante dos días y el tercero reprimió.

La represión continuaría dos días después, el 9 de marzo, cuando se desalojó lo que quedaba del asentamiento de la plaza Tahrir, centro de debate diario donde había decenas de carpas, banderas, carteles conmemorativos de los mártires de la revolución y hasta un centro de asistencia sanitaria. A partir de las tres de la tarde se hicieron presentes en la plaza lo que se conoce popularmente como "al baltagui", los matones o policías de civil, los mismos que atacaron con camellos y caballos aquel trágico 2 de febrero. Estos pesados destrozaron con palos y piedras lo que encontraron a su paso, y los militares se sumaron reprimiendo indiscriminadamente, generando un caos que culminó con el arresto arbitrario de una cantidad desconocida de personas.

Algunos fueron liberados al día siguiente, denunciando torturas y maltratos. Otros fueron sometidos a juicio militar. Todavía se desconoce el veredicto sobre el nuevo delito de "matonería".

Los días posteriores al asalto de la plaza comenzaron a florecer más denuncias de maltrato por parte de los militares; golpes y tortura con picana eléctrica en plena calle y delante de los vecinos. Una periodista de El País fue testigo de cómo detenían y torturaban a varios jóvenes en la puerta de su edificio. Luego de estos sucesos, el retorno de la policía a las calles, desaparecida desde que las fuerzas armadas tomaron el poder, fue recibida sin demasiada sorpresa. Compartiendo puestos de control con los militares y sus tanques, que siguen estacionados en muchas esquinas de los barrios cairotas, se los puede ver bebiendo té y bromeando juntos.

Mientras tanto, manifestaciones y reclamos se alzan a lo largo del país, entre los que se destacaron por su aceptación y presencia en las redes sociales la redacción de una nueva Constitución y la tolerancia religiosa.

El segundo es el que ha hecho más eco en las calles de El Cairo, específicamente en las puertas del edificio de telecomunicaciones, donde se congregan hace días los cristianos coptos ortodoxos egipcios –el diez por ciento de la población– protestando por el incendio de una iglesia en Helwan. El siniestro habría sido presuntamente causado por una relación entre un cristiano y una musulmana. A principios de la semana pasada, el mismo hecho desató la violencia en un barrio cristiano, donde murieron trece personas entre musulmanes y coptos. Fueron los mismos matones los que entraron en el barrio generando una vez más el caos.

Este viernes 11, cristianos y musulmanes se manifestaron tanto en la plaza Tahrir como en el edificio de telecomunicaciones, rezaron juntos y manifestaron solidaridad mutua. Autoridades de ambas religiones condenaron lo sucedido sin señalar culpables. Hasta un oficial del ejército se hizo presente en el escenario de la plaza Tahrir y, con una cruz en una mano y un Corán en la otra, se sumó al grito popular "cristianos y musulmanes, somos una sola mano". Como había sucedido a principio de año, cuando un coche bomba terminó con la vida de nueve coptos en Alejandría, el incendio de la iglesia no hizo más que reforzar los lazos.

Desde el comienzo de la revolución, jóvenes y adultos han desoído a los líderes de ambos credos que les ordenaron "quedarse en casa", anteponiendo la lucha nacional a las identidades religiosas. El responsable de la página de los Hermanos Musulmanes –principal fuerza opositora que nuclea a militantes islamistas– reivindicó y festejó el 28 de enero la revolución como un movimiento civil, que nada tenía que ver con los reclamos específicos de la Hermandad. Luego de años de proscripción, los Hermanos Musulmanes esperan presentarse a las elecciones programadas para dentro de seis meses.

Esta semana se presentaron oficialmente dos candidatos, ambos vistos con buenos ojos por Occidente. El primero, Muhammad al Baradei, Premio Nobel de la Paz y ex director de la Agencia Internacional de Energía Atómica, es conocido en las calles de El Cairo como "el extranjero", por haber vivido la mayor parte de su vida fuera de Egipto y desconocer la realidad social del país. El segundo, Amr Mussa, secretario general de la Liga Arabe, sería "más de lo mismo" para la mayoría de los egipcios, continuando la línea de Mubarak. Se espera, sin embargo, que nuevas fuerzas políticas tomen forma en los próximos meses.

Con estas tensiones todavía estallando desde todos los rincones de la sociedad, acallados durante décadas, es increíble que algunos analistas sugieran que nada cambió en Egipto. Si bien es cierto que los intereses locales y extranjeros del establishment son los que marcan la agenda actual, es un acto de ceguera política y una injusticia subestimar el poder de la nueva ciudadanía egipcia.

* Ph. D. Candidate-Universidad de Granada.

© 2000-2011 www.pagina12.com.ar  |  República Argentina  |  Todos los Derechos Reservados

lunes, 7 de marzo de 2011

Evolución política en el Norte de Africa

¿LIBERTAD Y DEMOCRACIA EN 
AFRICA DEL NORTE?

Igor Parra

Observamos con atención los sucesos diarios en el Norte de Africa, en una zona que fue clave durante la Segunda Guerra Mundial. Ese fue el espacio en el que el Eje germano-italiano sufrió sus primeras derrotas terrestres. 
Al leer la prensa internacional, que trata de entender estos momentos, me da la impresión que los periodistas intentan obtener certezas y finales rápidos de eventos que tienen su propia velocidad. Al guión periodístico se ha acoplado de alguna manera los eventos egipcios. Sin embargo lo que acontece en Libia desconcierta no sólo a periodistas y sus lectores sino que también a los gobiernos tanto occidentales como a los vecinos próximos de la zona de enfrentamientos militares entre partidarios y enemigos de Gadafi.

Aquí y ahora está ocurriendo algo muy importante como es el esfuerzo de las poblaciones de la orilla sur del mediterráneo de obtener regímenes democráticos. Sin embargo aparece una confusión conceptual a la hora de analizar este fenómeno geopolítico mayor. Esta confusión nace de la óptica nuestra, occidental, que tiende a igualar términos como libertad y democracia. Es algo muy profundo que viene de unas prácticas políticas que se inician con la revolución americana para sacarse de encima la administración inglesa, y que fueron reforzadas y esparcidas por el continente europeo y americano del sur con la revolución francesa.

En el Norte de AFrica y en el oriente próximo quizás sean los egipcios los que más y mejor puedan unir ambos conceptos de forma operativa: democracia y libertad. Porque es cierto que democracia implica siempre libertad, pero no ocurre lo mismo al revés. En efecto, a lo largo de la Historia la libertad ha sido cantada y practicada por elites políticas y económicas durante cientos de años, tanto en occidente como en oriente. Me remito, como pequeño botón de muestra, a la lectura y audición de obras francesas del siglo XVII en las que durante el periodo más agudo de concentración unipersonal del poder estatal en manos de la monarquía absoluta, el concepto de "libertad" aparece con mucha frecuencia en la literatura y en las obras de arte musicales. 

En la escuela aprendimos que la libertad de comercio e industria necesitaba, en los siglos iniciales del capitalismo industrial, de un marco social democrático, sin embargo esto lo hemos visto de forma acabada en muy pocos países, generalmente del mundo occidental, Japón e Israel. Por ello los periodistas no acaban de entender que lo que está en juego en el norte de Africa y zonas afines no es precisamente un tipo de democracia occidental al uso en nuestra area geográfica europea, y de algunos países americanos. 
Aquí lo que está emergiendo, si no hay incidentes que interrumpan el proceso que se inicia sobre todo en Tunez y Egipto, es una nueva forma de organización en países donde hasta ahora la legislación tiene una fuerte componente normativa religiosa. El primer combate  al que estamos asistiendo, aunque se desarrolle fuera de los focos periodísticos, es el de la inclusión de amplios sectores de la población a la discusión política. A la definición de espacios conceptuales de organización nueva que sea inclusiva y de libertad no sólo para las elites militares de alta graduación, y su cohorte de amigos y favorecidos, sino a todo el conjunto de la población. Lo extraordinario del momento, que no sabemos si durará aun mucho más, es que han llegado a este punto del recorrido, como lo hemos ya dicho en otros posts de este blog, sin tácticas ni estrategias de partidos únicos de corte comunista ni fascista ni tampoco, y esto es relevante, según el modelo organizativo propuesto por las facciones militaristas musulmanas, que quieren imponer por las armas el califato de la mano de la sharia.

En Libia hay una batalla que esta muy mediatizada por el tema del petróleo que posee en su territorio. Los medios de comunicación han dado por sentado que Gadafi ya estaba prácticamente derrotado, sin embargo las características de la guerra en zonas desérticas le da ciertamente varios puntos de ventaja sobre sus adversarios, que han salido del marco urbano de los movimientos sociales tunecinos y egipcios para entrar en una dinámica de conquista de territorios localizados a distancias suficientemente alejadas como para hacer del arma aérea un factor decisivo. Arma que en los casos ya mencionados no fueron de ninguna utilidad a los dictadores que tenían el poder hasta hace poco tiempo atrás.

Por esto Libia es ya un caso distinto dentro de Africa del Norte, y siempre lo ha sido, desde las invasiones arabes del siglo VII. Antes de esa época pertenecía al Imperio Romano, que si lo miramos bien fue el momento de la Historia cuando ambas orillas estaban unificadas por Roma y su comercio estratégico de alimentos y materias primas ( entre las que se incluían el ganado humano para esclavizarlo). Ahora el petróleo libio esta siendo disputado no sólo por los propios habitantes del país, sino que pronto veremos aparecer sobre el territorio, no desde el mar o el aire, ayudas y misiones que evaluarán si realmente Gadafi aguanta o no en el poder. Sólo entonces, es decir dentro de un par de semanas, a lo sumo, veremos decantarse la balanza de esta batalla militar.

Pero, creo conveniente no perder de vista las otras batallas, silenciosas, que están ocurriendo en el interior de la sociedad egipcio y tunecina, porque de ahí puede salir una nueva forma, inédita aún en la Historia, de superación de unas formas políticas y económicas dictatoriales heredadas desde la descolonización, en las cuales el uso de la libertad era un privilegio de elites. EL paso a regímenes democráticos es algo que no podran improvisar aunque lo pongan en un papel y lo llamen Constitución. Los helenos, fecundos en actos y pensamientos que nos han iluminado hasta hoy, mantenian que la democracia era un hecho urbano producto de "isázei aeí tanantía", relaciones de igualdad, imposibles de alcanzar sin la "sophrosyne" que es la virtud del justo medio que permite desarrollar lo que Aristóteles denomina "isotés tes dynámeos"igualdad de poder, y eso ahora mismo es lo que se esta intentando definir desde planteamientos diferentes a nuestra tradición occidental. Sólo el tiempo, inminente en este caso, nos dará más pronto que tarde la respuesta.