lunes, 7 de marzo de 2011

Evolución política en el Norte de Africa

¿LIBERTAD Y DEMOCRACIA EN 
AFRICA DEL NORTE?

Igor Parra

Observamos con atención los sucesos diarios en el Norte de Africa, en una zona que fue clave durante la Segunda Guerra Mundial. Ese fue el espacio en el que el Eje germano-italiano sufrió sus primeras derrotas terrestres. 
Al leer la prensa internacional, que trata de entender estos momentos, me da la impresión que los periodistas intentan obtener certezas y finales rápidos de eventos que tienen su propia velocidad. Al guión periodístico se ha acoplado de alguna manera los eventos egipcios. Sin embargo lo que acontece en Libia desconcierta no sólo a periodistas y sus lectores sino que también a los gobiernos tanto occidentales como a los vecinos próximos de la zona de enfrentamientos militares entre partidarios y enemigos de Gadafi.

Aquí y ahora está ocurriendo algo muy importante como es el esfuerzo de las poblaciones de la orilla sur del mediterráneo de obtener regímenes democráticos. Sin embargo aparece una confusión conceptual a la hora de analizar este fenómeno geopolítico mayor. Esta confusión nace de la óptica nuestra, occidental, que tiende a igualar términos como libertad y democracia. Es algo muy profundo que viene de unas prácticas políticas que se inician con la revolución americana para sacarse de encima la administración inglesa, y que fueron reforzadas y esparcidas por el continente europeo y americano del sur con la revolución francesa.

En el Norte de AFrica y en el oriente próximo quizás sean los egipcios los que más y mejor puedan unir ambos conceptos de forma operativa: democracia y libertad. Porque es cierto que democracia implica siempre libertad, pero no ocurre lo mismo al revés. En efecto, a lo largo de la Historia la libertad ha sido cantada y practicada por elites políticas y económicas durante cientos de años, tanto en occidente como en oriente. Me remito, como pequeño botón de muestra, a la lectura y audición de obras francesas del siglo XVII en las que durante el periodo más agudo de concentración unipersonal del poder estatal en manos de la monarquía absoluta, el concepto de "libertad" aparece con mucha frecuencia en la literatura y en las obras de arte musicales. 

En la escuela aprendimos que la libertad de comercio e industria necesitaba, en los siglos iniciales del capitalismo industrial, de un marco social democrático, sin embargo esto lo hemos visto de forma acabada en muy pocos países, generalmente del mundo occidental, Japón e Israel. Por ello los periodistas no acaban de entender que lo que está en juego en el norte de Africa y zonas afines no es precisamente un tipo de democracia occidental al uso en nuestra area geográfica europea, y de algunos países americanos. 
Aquí lo que está emergiendo, si no hay incidentes que interrumpan el proceso que se inicia sobre todo en Tunez y Egipto, es una nueva forma de organización en países donde hasta ahora la legislación tiene una fuerte componente normativa religiosa. El primer combate  al que estamos asistiendo, aunque se desarrolle fuera de los focos periodísticos, es el de la inclusión de amplios sectores de la población a la discusión política. A la definición de espacios conceptuales de organización nueva que sea inclusiva y de libertad no sólo para las elites militares de alta graduación, y su cohorte de amigos y favorecidos, sino a todo el conjunto de la población. Lo extraordinario del momento, que no sabemos si durará aun mucho más, es que han llegado a este punto del recorrido, como lo hemos ya dicho en otros posts de este blog, sin tácticas ni estrategias de partidos únicos de corte comunista ni fascista ni tampoco, y esto es relevante, según el modelo organizativo propuesto por las facciones militaristas musulmanas, que quieren imponer por las armas el califato de la mano de la sharia.

En Libia hay una batalla que esta muy mediatizada por el tema del petróleo que posee en su territorio. Los medios de comunicación han dado por sentado que Gadafi ya estaba prácticamente derrotado, sin embargo las características de la guerra en zonas desérticas le da ciertamente varios puntos de ventaja sobre sus adversarios, que han salido del marco urbano de los movimientos sociales tunecinos y egipcios para entrar en una dinámica de conquista de territorios localizados a distancias suficientemente alejadas como para hacer del arma aérea un factor decisivo. Arma que en los casos ya mencionados no fueron de ninguna utilidad a los dictadores que tenían el poder hasta hace poco tiempo atrás.

Por esto Libia es ya un caso distinto dentro de Africa del Norte, y siempre lo ha sido, desde las invasiones arabes del siglo VII. Antes de esa época pertenecía al Imperio Romano, que si lo miramos bien fue el momento de la Historia cuando ambas orillas estaban unificadas por Roma y su comercio estratégico de alimentos y materias primas ( entre las que se incluían el ganado humano para esclavizarlo). Ahora el petróleo libio esta siendo disputado no sólo por los propios habitantes del país, sino que pronto veremos aparecer sobre el territorio, no desde el mar o el aire, ayudas y misiones que evaluarán si realmente Gadafi aguanta o no en el poder. Sólo entonces, es decir dentro de un par de semanas, a lo sumo, veremos decantarse la balanza de esta batalla militar.

Pero, creo conveniente no perder de vista las otras batallas, silenciosas, que están ocurriendo en el interior de la sociedad egipcio y tunecina, porque de ahí puede salir una nueva forma, inédita aún en la Historia, de superación de unas formas políticas y económicas dictatoriales heredadas desde la descolonización, en las cuales el uso de la libertad era un privilegio de elites. EL paso a regímenes democráticos es algo que no podran improvisar aunque lo pongan en un papel y lo llamen Constitución. Los helenos, fecundos en actos y pensamientos que nos han iluminado hasta hoy, mantenian que la democracia era un hecho urbano producto de "isázei aeí tanantía", relaciones de igualdad, imposibles de alcanzar sin la "sophrosyne" que es la virtud del justo medio que permite desarrollar lo que Aristóteles denomina "isotés tes dynámeos"igualdad de poder, y eso ahora mismo es lo que se esta intentando definir desde planteamientos diferentes a nuestra tradición occidental. Sólo el tiempo, inminente en este caso, nos dará más pronto que tarde la respuesta.