jueves, 23 de septiembre de 2010

Marruecos-España

EL CONFLICTO CON MARRUECOS:
 LOS ISLOTES DE SOBERANÍA

Igor Parra


En la foto que publico aquí (tiradas por familiares de mis alumnos y amigos de la zona) aparecen dos islotes de soberanía española, situados a escasos metros de la playa de Sfiha, en el municipio de Ajdir, provincia de Alhucemas. Como se puede observar, la situación es insostenible en términos de evitar que tarde o temprano se instalen ahí elementos de soberanía marroquí. Al ritmo que van las cosas, y observando métricamente esta foto, no parece improbable que este sea un punto aún más fácil de ocupar que la famosa isla del Perejil.
Una anécdota que ocurrió poco antes de mi estancia del año 2004, que ya he mencionado en otro blog anterior, es bastante significativa. Pues en efecto, según me cuentan tanto mi amigo fezí como mis queridos y muy inteligentes amigos berebéres de los Beni Ourriaghel, estos dos islotes semi-litorales, situados en la playa y a pocos centenares de metros del Peñon de Alhucemas-ocupado militarmente por España desde el siglo XVI- tenian en sus partes más altas unas banderas españolas de tela durante el conflicto del Perejil. Un par de bañistas locales fueron caminando con el agua hasta el pecho y se subieron a los islotes para retirar esas banderas. Eran civiles berebéres, ni militares ni policias, que tienen cerca de ahí, en la playa, un puesto de observación del Peñon de marras.
Los civiles trajeron de regreso a la playa una bandera española y otro vecino la guardó, arrugada, en su casa. Probablemente nunca desde la guerra del Rif, y de sus sangrientas consecuencias para ambos bandos un local bereber había tenido en sus manos una bandera de España como trofeo arrancado a una plaza militar, como parece que son estos dos micro peñones pegados al litoral marroquí. Sí, digo bien, una plaza militar, por lo que verán  a continuación.
España protestó por via diplomática y los servicios secretos marroquíes no tardaron en encontrar la casa donde estaba guardado el trofeo. Lo retiraron, lo plancharon, y con una pequeña guardia de honor se lo entregaron a la guarnición militar del Peñon de Alhucemas. Todo esto con gran sorna y sonoros comentarios por parte de la población local, que una vez más demostraban en la historia de Marruecos quién realmente se atrevía a enfrentarse a la potencia colonial española.
Esta es la pequeña anécdota de esos dos minusculos enclaves españoles que están literalmente dentro de la playa de Sfiha-Alhucemas. Los militares españoles desde entonces cambiaron las banderitas roji gualdas de tela por una enseñas bicolores de metal, y de vez en cuando sale una lancha rápida desde el Peñon y verifica que todo sigue en su sitio, pues no son pocos los bañistas, sobre todo niños que se suben en las orillas de esas rocas, que obviamente son suyas, para tirarse al mar.
Ahora yo me pregunto, ¿qué hará el gobierno español el día que varios centenares de bañistas, civiles o militares de Marruecos decidan irse a dar un baño a esa zona, y hagan en vez de una “marcha verde” un “baño azul”? Es tan simple como eso para provocar algo sonado en el tema de las relaciones bilaterales.
Hay otras plazas de soberanía en la costa marroquí que resultan ser un mayor insulto aún para un país soberano como Marruecos. Ya hablaremos de ello en otro momento. Aquí me interesa destacar que si Zapatero ha dicho en New York que lo importante es una fotografía, aquí hay una que basta para mostrar lo endeble de la posición española en el norte de Africa. Basta una especie de complicidad politica estable entre Rabat y la gente del Rif para que la situación de esos enclaves cambie rápida y radicalmente.
¿Iría a la guerra España contra Marruecos por estos trozos de tierra? Si la respuesta fuese afirmativa quiere decir que en algún momento, tarde o temprano, y a tenor de los acontecimientos europeos, volveremos a ocupar el norte de Africa. No encuentro otro escenario mejor que explique que no se devuelvan este tipo de rocas y roquitas a sus dueños soberanos. Sin el apoyo de Europa y de la OTAN España no es capaz de sostener una presión militar y diplomática prolongada por parte de Marruecos, si este país quisiese recuperar estos islotes. La distancia que hay entre el Perejil y éstos, en terminos geopolíticos es enorme, aquí hay una población cercana que usa estas rocas, estan a tiro de piedra, literalmente, de la costa, y la demografía local es densa, y con una memoria no muy antigua de relaciones muy densas y conflictivas con España.
Quizás ahora entiendan mejor porqué decía, en el anterior blog dedicado a Marruecos-España, que no es probable que el capitán del yate real marroquí haya llegado por mera casualidad a la bahía de Alhucemas el verano recién pasado.
Algo se mueve en el norte de Africa, pero España está mirando para otro lado, no está entendiendo los mensajes fuertes que se le lanzan desde la otra orilla, por lo tanto no es exagerado que vayamos a una crisis mayor bilateral, totalmente desprovistos de lo más importante en estos casos: ideas claras y metas ambiciosas que cambien de forma favorable la actual situación….que está lejos de ser promisoria.