jueves, 3 de diciembre de 2015

La importancia relativa de las armas ofensivas de reciente generación

QUIEN GANARA LA PROXIMA GUERRA MUNDIAL? II

La importancia relativa de las armas ofensivas de reciente generación

Igor Parra

La Segunda Guerra Mundial mostró los limites del uso de armas novedosas, sorprendentes, cuando fueron utilizadas principalmente por los alemanes en su ofensiva de misiles contra el Reino Unido en las postrimerías de la contienda. Igualmente, limitado fue el éxito de los aviones a reacción alemanes, una primicia tecnológica que después se copiaría profusamente por americanos y soviéticos, y sus respectivos aliados geopolíticos.
Un sistema de armas ofensivo tecnológicamente superior, incluyendo el armamento nuclear, tiene unos limites siempre difíciles de establecer en cuanto a su capacidad de ser el factor determinante de la victoria en un lapso breve de tiempo. El escenario Okinawa- Nagasaki no volverá a repetirse, en el sentido que cualquier ataque nuclear será respondido ciertamente con fuego nuclear. En este sentido la historia de la tecnología militar y del arte de la guerra parece señalarnos que el uso de tecnologías completamente desconocidas, por quien recibe un ataque inicial de poder de fuego muy superior, conduce a la victoria del atacante sólo cuando existe un salto o una diferencia de civilización técnica significativo. Y Japón el año 1945 estaba estratégicamente derrotado por los americanos y sus aliados, las bombas nucleares terminaron de aplanar a un enemigo que ya estaba de rodillas, y de paso, algunos dicen que principalmente, se envió un potente mensaje a los soviéticos sobre la capacidad destructiva operativa del nuevo armamento nuclear americano.
Sin embargo, la historia militar reciente nos muestra, por ejemplo en el escenario de la Segunda Guerra Mundial, que desde una posición de defensa el uso de nuevas y sorprendentes tecnologías tienen un efecto fundamental en el resultado final, como fue el caso del radar de los británicos.  Este caso nos permite introducir la dimensión espacio-temporal defensiva de una innovación tecnológica absoluta en el escenario de la guerra.  Porque, en efecto, la detección de aviones más allá del horizonte, las 24 horas del día, permitió a los británicos la organización conveniente de sus vectores  defensivos y concentrarlos en los momentos y en los lugares adecuados, anulando el efecto sorpresa inicial del ataque masivo aéreo alemán. Esta es una enseñanza fundamental y portadora aún de múltiples enseñanzas tácticas y estratégicas para un escenario próximo de guerra mundial.
En el actual nivel tecnológico militar defensivo, que es casi simétrico entre americanos, rusos y chinos, la capacidad de observación permanente de las fuerzas contrarias se realiza por sistemas satelitares-espaciales, que incluye además de la imagen la escucha permanente de las comunicaciones militares del adversario. La dimensión oceánica del próximo conflicto incluye una amplia red interoceánica de sistemas ultra sensibles de escucha orientado a la identificación y movimientos submarinos de los vectores oceánicos de fuerza nuclear.
Por otra parte, existe la capacidad instalada de usar la red (web) para alterar, observar y engañar al contrario con señales falsas-verdaderas, así como para sabotear procesos productivos energéticos y de telecomunicaciones en tiempo real. Este espacio cibernético, junto a la capacidad satelital de observación del adversario, constituyen en sí el territorio de la pre-guerra, un hinterland aparentemente inmaterial que en caso de encegamiento absoluto satelital-comunicacional de un adversario será considerado como casus belli por la contra parte. Ya existen antecedentes recíprocos y constantes de robo de información sensible masiva por parte de los potenciales actores principales de una Tercera Guerra Mundial, también existe la certeza de la creciente capacidad de anular los satélites respectivos de estos potenciales contrincantes. Sin embargo la línea roja parece ser el mantenimiento de la capacidad mutua de observación y escucha en tiempo real del adversario.
Dadas estas condiciones, y otras que por mor de la concisión no explicitamos aquí pero que siguen la misma línea de pensamiento, nos es dable preguntar ¿es posible plantear una acción de escala global de “enmascaramiento” que sorprenda completamente al adversario global?

En breve continuaré sobre esta cuestión,