miércoles, 9 de agosto de 2023

Las victimas políticas de la guerra prolongada en Ucrania

 Tal como hemos comentado no hace mucho en este blog, en la guerra la variable que controla la calidad del triunfo es el tiempo, no el espacio ocupado. El triunfo del calendario, de la imposición de los tiempos tanto militares como civiles en el territorio en cuestión es la señal estratégica del verdadero triunfo. Gana el que impone, porque es una imposición del que realmente triunfa, su calendario de prioridades estratégicas y tácticas. 

En Ucrania aún la balanza parece equilibrada en términos territoriales, kilometro cuadrado por un lado o por el otro más o menos. Sin embargo resulta evidente que el lado ucraniano tiene razones poderosas para inquietarse por lo prolongado de la guerra. Sus aliados indefectiblemente le están pasando una factura en la que ellos se han hipotecado mucho no sólo en términos económicos, sino también en términos militares: han disfrutado de la tecnología táctica de punta del bloque occidental, y le están haciendo un flaco favor a los proveedores al no usar más eficientemente su armamento. 

El umbral de eficiencia, según se mide en occidente, cuantifica superficies del territorio ucraniano recuperado. Los rusos miden de otra manera, toda vez ha quedado demostrado que cometieron un error estratégico mayor al iniciar esta guerra sin contar con los recursos militares suficientes. De hecho creyeron, equivocadamente, que en poco tiempo resolverían la guerra de agresión. Es decir usaron un criterio espacial para medir su progresión estratégica...y perdieron la iniciativa militar que pasó a manos de la resistencia ucraniana. 

Este error espacial de los rusos ahora lo están cometiendo también los ucranianos: están esforzándose por controlar espacios y no los tiempos del conflicto. Craso error.  Para la parte rusa esta guerra prolongada la beneficia en el medio plazo, pero hay razones para pensar que el grupo dirigente ruso está incomodo con esta continua necesidad de recurrir a aliados asiáticos para compensar su baja producción militar táctica. Los rusos saben muy bien que Siberia en su conjunto abre apetitos muy grandes a la dirigencia china. Mientras mayor sea la deuda militar y económica con China la posición rusa en Asia central se debilita progresivamente.

Es decir al final de la guerra podemos tener dos escenarios geopolíticos impensables hace dos o tres años: por un lado el espacio geopolítico ucraniano estará totalmente en manos de occidente, y Rusia podría ver comprometida no ya su unidad territorial occidental en Europa, o sea de los Urales hacia el oeste, sino que Siberia entrará en un tiempo de conflicto con el actual aliado chino. A mayor presión americana sobre las líneas de navegación china hacia el Pacifico mayores oportunidades les parecerán abrirse, a la dirigencia china, en ese océano continental que es Siberia para los imaginativos y viejos habitantes del continente asiático oriental.

Y por las noticias que me llegan desde Rusia, la posición política de Putin parece realmente deteriorarse a medida que pasa el tiempo. El también será una victima de esta guerra prolongada que inició sin estar preparado estratégicamente para ella.

en Burgos un dia caluroso de Agosto

Igor Parra