sábado, 18 de octubre de 2025

mi marcha hasta regresar a España

 Cuando mi primera esposa era una mediterránea  Luna de cabellos largos

yo fui su culebra con sombrero de copa

 treinta dos años

culebra viajera incansable

en estudios y trabajos

desde Montpellier a Paris

de Barcelona hasta Amsterdam

y de Barcelona a Montpellier

durante años y años

Después con mi segunda esposa

viví en una linda

 y lujosa

muy  lujosa

jaula de oro

pero creanme

 era oro de muchos quilates

pero muy sólidos y próximos también

y estuve ahí dulcemente encerrado

 cuatro años

de deliciosas noches

prolongadas conversaciones de piel

muchas de ellas registradas en este post

ella era alemana y catalana

dulce empresaria muy de derecha dura

Luego con otra hija de alemana me encerré solito

nadie me obligó

en una playa remota y ventosa

ella era una muy seria funcionaria respetada de dia

fiera desatada en aquella cama de atardeceres anochecientes

 sureños

A la muerte de mi padre

terminé el contrato con la tierra del sur del Sur

fueron diez años de geografia profunda

de piel y pensamiento

casi para despedir la tierra continental

me subí al altiplano boliviano

llevando conmigo el recuerdo  

de mi apasionada tercera alemana

 hija también de esa tierra estricta y ordenada

incluso para las matanzas

aunque aquella breve vida en su casa fue muy expresiva

 también

y me dejó una corporal marca indeleble 

imborrable 

clara demostración de lo que puede la pasión germana descontrolada

de ello escribi un poema demasiado explícito 

 que borré

sobre esta marca 

ahora defecto

 que me acompañará

 hasta mi ya no lejano embarque

 en el pequeño bote 

que flota sobre mi tamarugo nortino

que es mi muelle para irme tras el sol

y que en este reciente viaje al norte grande de Chile

fui a visitarlo

como para acomodar la nave

 antes de mi  periplo egipcio hacia occidente

Quizás mientras viaje por ese azul infinito

tambien recordaré agradecido 

a estas tres germanas

 que en total

me ocuparon emocionalmente siete años vitales

en otro momento contaré algo sobre su común denominador

y que es la razón por la cual continué mi marcha

hasta regresar a España


igor frente a la iluminada catedral de Burgos

una tarde oscura de octubre