Palomares-Almeria: un problema no resuelto de contaminación radiológica de origen militar extranjero en España
Igor Parra
En este blog intento ser observador de la realidad a partir de la distancia corta. Las reflexiones y pensamientos que de ello se derivan acostumbran a estar, por lo tanto, próximas a una realidad contingente. En mi comentario semanal de los ultimos dias de junio y primeros de julio quiero referirme a un gravísimo problema del cual me ha tocado ser hasta ahora uno de los actores, como delegado del movimiento Ecologistas en Acción para la contaminación radioactiva de Palomares.
En realidad debieramos decir Palomares- Villaricos-Vera, pues son 3 las manchas radioactivas que ocupan superficies irregulares desde el accidente del B52 norteamericano, que, el año 1966, explotó fortuitamente en la vertical de esos tres enclaves de la costa mediterránea española. Del total de 4 bombas termonucleares 1 cayó al mar y las otras en tierra, pero lo grave es que alguna se incendió y la otra se reventó dispersando en la baja atmosfera una nube radioactiva de Plutonio de calidad militar, creando 3 areas contaminadas: las zonas 2, 3 y 6.
Desde el año 2003 tengo la responsabilidad a nivel local de representar al principal movimiento ecologista español en este espinoso asunto. Mi esfuerzo mayor por esa época consistió en evitar un deslizamiento hacia posiciones “antiimperialistas” en pleno inicio de la segunda guerra de Irak. Lo teniamos fácil: por una parte una zona contaminada por parte de material militar americano, sin limpiar, y por otra una guerra impopular en el continente europeo. Sin embargo nos esforzamos por centrar en limites muy precisos este problema y así transmitimos a la autoridad local y nacional, de la época, nuestra brevísima línea reivindicativa: por una parte acotar el territorio contaminado, vallandolo y señalizandolo, y por otra parte proceder a la limpieza de los residuos radioactivos. Ni una más. Solo dos exigencias. Ambas factibles, ambas muy necesarias para la calidad de vida de esta zona turistica y agricola de España sometida injustamente a unas condiciones de acoso periodistico constante, que sin embargo casi nunca han ayudado a clarificar ni a avanzar en la solución del problema principal.
En Madrid, durante una conferencia-almuerzo, el mes de octubre del año 2005, que tuve la oportunidad de dar en el Capitulo español del Club de Roma, conocí a una de las personas del gobierno de España que más han hecho para resolver favorablemente este tema. Desde entonces hemos trabajado de forma muy intensa, cotidiana y coordinadamente, conjuntamente con el Alcalde de Cuevas de Almanzora, para lograr esos modestos objetivos.
Sin embargo, poderosas fuerzas parecen oponerse a que este tema se integre de una vez en la Historia de España, y sea sólo un capitulo más de la misma.
¿Qué pasa? Pues se ha caracterizado correctamente el territorio, se han vallado las zonas contaminadas, se ha identificado el mejor método para limpiar el territorio, se tienen avales importantísimos por parte de la Agencia Internacional de la Energía, ante la cual realicé una exposición detallada de nuestro punto de vista sobre el problema en cuestión. Además han venido y dado su visto bueno expertos de la Comisión Europea. Nosotros hemos mantenido un perfil bajo, hasta ahora, para ayudar a caracterizar desde cero el territorio, pues los mapas de contingencia de los americanos, del año 1966, han sufrido peligrosas variaciones significativas a causa de la especulación urbanística. Pero, creemos que el responsable principal fue el Estado español que no había advertido a los habitantes del peligro real que significaba cultivar, pastorear y edificar en esas tierras.
Ahora tenemos noticias de que los representantes del gobierno norteamericanos han manifestado recientemente que no se llevarán los residuos radioactivos a su pais. Y, para colmo, hay personas muy señaladas en la administración española que muestran su incredulidad ante los importantes esfuerzos del CIEMAT para caracterizar y elaborar los imprescindibles protocolos de limpieza…y ejecutarlos.
Este verano la situación en Palomares, y en Almería, cambiará si se confirman los rumores de que los norteamericanos no ayudaran a solucionar este problema que causó un avión de ellos, en su ruta de “combate nuclear-frío” hacia las fronteras comunistas de Europa oriental. Pero también cambiará la situación si confirmamos, igualmente, los rumores locales de que personas importantes del Psoe están por la permanencia en suelo español de estos residuos radioactivos.
Pronto pediremos a nivel europeo, pero tambien a nuestros queridos y muy sensibilizados colegas norteamericanos, que nos ayuden a obtener información sobre la observación epidemiológica- el seguimiento de la salud- que durante años el gobierno español ha realizado de la población local (¿o quizás este es un experimento de observación radiológica de Plutonio – Americio en la población local de un lugar que estuvo apartado del mundo hasta hace poco?). También les pediremos a nuestros amigos americanos que se movilicen para obtener la limpieza del único territorio civil del mundo contaminado, después de 40 años del accidente nuclear, con crecientes cantidades de radiación por Americio, cuyo origen fue el Plutonio de calidad militar norteamericana. Recordamos que el Americio se presenta en una forma de aerosol hiperactivo radiologicamente, por lo tanto mucho más peligroso que el Plutonio desde el que se origina.
O se limpia Palomares ahora o no se limpiará nunca, y esto traerá consecuencias negativas para la población local, que ha sufrido durante decenios un notable abandono por parte de los diferentes gobiernos nacionales.
En el momento actual del discurso de Obama, sobre la contaminación de petroleo en su litoral, nosotros intercambiamos “BP” por “ejército norteamericano” y donde dice “lo deben limpiar” nosotros aplaudimos, pues pensamos que así debe actuarse, precisamente en esta contaminación radiológica de origen militar extranjero en suelo español...y seguiremos más adelante observando y comentando sobre este tema coyuntural actual de España.