jueves, 1 de septiembre de 2011

Evolución Política en Libia (III)

LA MESA DE POCKER MEDITERRÁNEO:
BLUFF PELIGROSO EN LIBIA

Igor Parra


Como ya va siendo habitual la prensa alumbra la periferia de lo que parece esencial en Libia. Nos informa de algunas anécdotas de terreno, sin manifestar claramente lo que nunca fue un secreto, pero parecería contradictorio al público de los países occidentales cuyos gobiernos participan de forma interesada en la derrota de Gadaffi.
En efecto, asistimos a otro bluff, uno más, de la larga Historia mediterránea, a la que en este blog aducimos con cierta frecuencia.
Porque lo que no se está diciendo de forma clara es lo que en el terreno y en los mentideros políticos del norte de Africa es muy notorio, y que aquí  señalamos ya en algunos posts anteriores: la unica fuerza organizada que esta actuando por parte Libia en el derrocamiento del dictador Gadaffi son los grupos radicales islamistas de la parte oriental de Libia, que ya había destacado en los análisis de inteligencia americanos y judíos como la zona que mayor número de combatientes había enviado a las guerras americanas de Irak y de Afganistán.
Por lo tanto saber...se sabe muy bien con quienes se está jugando cartas en la mesa mediterránea de las fuentes de energía fósil. De igual manera que se sabía muy bien quiénes eran los actores de la gran represión argelina, en ese caso se apostó, desde Francia y EEUU por los militares en el poder, aquí y ahora, en la mano libia de este juego peligroso, se está apostando por derrocar primero a Gadaffi, usando como cabeza de playa a los indígenas revueltos, para en un segundo momento hacer el bluff de este pocker envenenado, y controlar por parte de Europa esas fuentes de energía africanas. 
Pero al jugar cartas con actores que tienen un plan propio quiere decir que en cualquier momento, una vez alejado ya de la mesa a Gadaffi, se puede romper la baraja y dejar a los del Bluff con las cartas ganadoras inservibles. 
Al menos dos escenarios parecen configurarse con más probabilidades sobre el humo espeso de los jugadores- humo de armas que no de puros o cigarrillos. El primero es una transición directa hacia una republica islámica en el Mediterráneo Occidental, con aceptación por parte de Francia, Reino Unido y los EEUU de ese status quo, siempre y cuando estos nuevos ocupantes del poder hagan negocios petroleros con ellos, tal como lo hacen desde hace más de 60 años la monarquía islámica radical de Arabia Saudita y sus asimilados geopolíticos.
El otro escenario es el que se ha negociado, a base de bluffs, con la parte insurgente libia, en Londres y Paris...y más allá del sol poniente muy probablemente, también. Y ese escenario ya pactado  obligaría militarmente en un futuro demasiado próximo a Francia y al Reino Unido a profundizar su intervención en el terreno para apoyar a los socios de juego, que ineludiblemente serán señalados y perseguidos como vendidos a Occidente por el grupo más radical de ese conglomerado de sublevados libios, y que parece son los que tienen más fuerza y gente en el terreno militar.
Europa mediterránea tiembla ya por sus fisuras internas, a causa de sus suturas financieras, pero pronto puede temblar aún más por el muy complejo escenario que se está incubando justo a 511 km de Sicilia, 684 de Atenas, 988 de Roma, 1200 de Marsella y 1330 de Barcelona.
Si los europeos logran su bluff, consistente en capitalizar la ayuda militar a la facción sublevada de la sociedad libia, habrá cierta paz en los mercados petrolíferos. Pero, si la cosa se complica con una victoria de la facción más radical libia, minoritaria pero muy violenta e ideologizada, entonces tendremos lo que tanto se temió durante los 90 del siglo pasado en el ahora pacificado escenario argelino: Anibal ad portas!! y eso llevará a Europa a un ciclo de guerras post coloniales en las fronteras meridionales del euro. Ante lo cual sólo dos alternativas emergen desde la casuística histórica: o son guerras victoriosas que consolidan las fuentes de energía fósil barata de la frontera sur de Europa, o bien se terminará de disolver la actual entidad económica europea, que no soportaría un evento militar de ese tipo sin unidad política y militar. Porque, y esta es la lección principal de este momento de la mesa de pocker mediterránea, Europa no tiene fondo político para soportar otra humillación geopolítica como la sufrida en las guerras de los Balcanes.