jueves, 24 de diciembre de 2020

Pavlov se desvanece

 imagine una habitación desconocida

de la que nunca sabrá dónde estaba

porque no puede ver por esa venda amarrada

a la cabeza

Tiene dos objetos metálicos en los ojos

la música estridente 

no acalla sus alaridos

durante horas de estallidos luminosos

en cascada

y su lengua lengua seca

cada vez más seca

El tiempo lo mide usted, 

señor

por la música que usa durante el interrogatorio

decenas de preguntas

no hay dialogo

preguntas y castigo

castigo y castigo

para preguntas

sin excusas 

sin preguntas

Pero hay una y una sola que rescato

hoy aqui frente a usted 

señor

se la transcribo quitando menciones a mi madre

y amenazas a mis hermanos, padre y familia 

le ahorro molestias a la audiencia

Su pregunta era ésta

¿Porqué se solidarizan con Vietnam?

¿Qué te importan a tí esos desgraciados?

¿Qué se te perdió allá?

¿Qué te importan los bombardeos y los que se mueren de hambre?

Por cierto 

señor

olvidaba recordarle que eso pasó en octubre del 74, 

en Santiago

 allá lejos de acá.

Hace 44 años esa fue una de sus  meras preguntas  entre  muchas otras 

Su protocolo indicaba castigo para quebrarme 

con dolor 

 y a tener miedo

 a palabras

a simples palabras como solidaridad, 

amistad, 

señor,

pues anunciaban la inmediata descarga eléctrica

para torturar a una mera persona de 15 años

Pero ahora que voy a morir 

me gustaría responderle,

 señor,

a lo que decenios atrás usted no me dió tiempo 

 señor

Pues mire usted aquellas las preguntas urgentes

las preguntas importantes ya no lo son

tienen menos importancia menos peso que un suspiro de colibrí

en cambio las otras

las del banal ablandamiento físico y sicológico

siguen explicando 

y seguirán explicando todo 

para las multitudes cariñosas 

que lo asustan,

 señor,

sí que le asustan a usted y a sus mandantes

a sus amos

pues son tantas y tan simples

las cosas maravillosas

que usted 

no entiende,

señor.