El seudo-milagro de la transustanciación española
de Cajas de Ahorro en Bancos
Igor Parra
La conversión del pan y del vino en carne y sangre de Cristo es un articulo de fe central del catolicismo.
En el momento actual de confusión intelectual que azota España nos es dado leer, con frecuencia, textos en los que se nos exige grandes dosis de pura fe para entender lo que se empeñan en hacernos comulgar.
La conversión de Cajas de Ahorro en Bancos es un fenómeno material objetivo que podemos observar y medir. Pero nos piden que creamos que esta conversión operaría de tal forma que a pesar de ser Bancos, de nueva factura, no perderan el espiritu, o el alma, de las Cajas, es decir que salvaguardarán la Obra Social. La intención es buena a primera vista, pero equivale a creer que el pan y el vino se transforman por el acto de fe, en Dios, en la carne y en la sangre del mesias cristiano.
En una comparación un poco más profunda, que puede ayudar a desentrañar las paradojas subyacentes, podemos igualmente tomar el tema de la Trinidad católica. En efecto, este objeto de culto y fe para muchos, es un artefacto histórico construido a lo largo de más de trescientos años después de la muerte de Cristo: es un desarrollo sincretista que reconcilia 1. el concepto unitario judío de Dios, 2. los conceptos religioso-filosóficos griegos sobre la naturaleza de Dios y los poderes que gobiernan la tierra, 3. la convergencia de ideas religiosas griegas sobre un Salvador que actua como intermediario entre Dios y los hombres y el concepto hebreo del Mesías (liberador de la nación hebrea), y 4. la concepción religiosa egipcia de la divinidad triuna.
¿Cómo se construye tan extraordinario articulo de fe en el occidente cristiano? Pues son quinientos años de evolución dogmática para establecer la fe con la que comulga la cristiandad católica (ver PIE DE PAGINA).
Sin embargo aquí y ahora, en menos de cuatro años, los que van corridos desde que la crisis empezó a vislumbrarse en el horizonte, nos piden que creamos que las Cajas seran Bancos sin dejarse el alma de las Cajas atrás, es decir su Obra Social. Nos piden que creamos que crecer economicamente significa mayor tasa de empleo...esto puede ser cierto en Europa, pero en España tenemos un paro endémico que ha atravesado todo el breve periodo democrático español con la mayor tasa de paro estructural de todo el continente, tanto en los periodos de crecimiento económico como en los que no ha habido crecimiento. Como nadie pregunta seriamente sobre ésto, ni los propios sindicatos, tengo tendencia a pensar que es un articulo de fe que se asume socialmente.
De igual forma que cada uno de los articulos de fe catolicos fueron causa de sangrientos enfrentamientos, escisiones, persecuciones e incluso guerras entre paises y reinos diversos, pienso que estamos llegando a un punto crítico en el que las contradicciones principales del sistema económico español, que afectan profundamente toda la sociedad, las empresas, las universidades, la juventud, etc, pueden reventarse de forma violenta. Esto ya lo habia apuntado en posts anteriores, y la realidad no me aparta de esta intuición.
Una cosa es proponer o usar un dogma de fe, por ejemplo que las Cajas seran Bancos, pero con almas de Caja, y otra que eso sea cierto, otra que pueda ocurrir, y otra diferente que la gente....los clientes de las Cajas, se lo crean. Si aquí no pasa nada ante esta perdida de valor social de los ahorros de cientos de miles de pequeños clientes de las Cajas que se transformarán en Bancos, quiere decir, según mi punto de vista, que España es una tierra realmente apta para sembrar y cultivar exitosamente dogmas de fe.
Esperemos que los que no comulgamos con esos nuevos dogmas no seamos tratados con el rigor ortodoxo que los del canton calvinista de Ginebra usaron con el aragonés don Miguel de Servet, hasta quemarlo a fuego muy lento un 27 de octubre de 1553.
PIE DE PAGINA:
El proceso que desemboca en la elaboración de los articuos de fe catolicos empieza con el primer intento serio de helenizar completamente el mensaje obviamente judío de Jesús, en el concilio de Nicea (325 D.C), donde se proclama al Padre y al Hijo como dos entidades personales divinas y distintas...pero de la misma sustancia. Posteriormente en el concilio de Constantinopla (381 D.C.) se proclama al Espiritu Santo como la Tercera persona divina que procede del Padre. Luego en el concilio de Efeso (421 D.C) se proclama a Maria como Madre de Dios, en el de Calcedonia (451 D.C.) que Jesus tiene dos naturalezas, divina y humana, pero constituyen una sola persona, y después de ciento cincenta años en el III concilio de Toledo se proclamará el famoso “filioque”, es decir que el Espiritu Santo procede del Padre Y del Hijo.