domingo, 12 de agosto de 2012

EVOLUCIÓN POLÍTICA EN EGIPTO (MISR),
  II

Igor Parra

Hace más de un año atrás, todo eran incertitudes y acción callejera en El Cairo, y en todo el fertil cresciente. Por entonces hicimos una serie de análisis y prognosis que se han cumplido en parte.
Sin embargo lo más significativo, para mí todo este tiempo, ha sido el observar como las premuras de los centros de poder occidental y oriental no han servido absolutamente para nada. Los calendarios egipcios se mueven a ritmos egipcios. Por eso me he abstenido de opinar en estos más de 14 meses que han transcurrido. Hacía falta una cierta acumulación de hechos vitales, de clarificaciones estratégicas, y ya se han comenzado a producir, y por eso me atrevo a retomar las gafas de mirar hacia Oriente Próximo, escuchar lo que los  periódicos del mundo árabe comentan, y seguir apuntando en mi cuaderno de campo que las prisas de los occidentales no se estan satisfaciendo en absoluto.

Egipto vive un momento, según mi criterio, casi análogo al momento iraní de finales de los 70. Ya lo comenté en el primer blog de febrero-marzo del año pasado: allí el gran tema es el comportamiento de la joven oficialidad con mando en tropa. Esa variable aún no se ha manifestado públicamente, aunque vemos que hay decisiones de la  cúpula militar que muestra fuertes tensiones dentro de la compleja familia militar egipcia. 
A fuer de repetirme en lo que expuse el año pasado, la clave del futuro con mayúsculas no esta ya en los hermanos Musulmanes exclusivamente, que resultaba muy obvio el año pasado que tendrían el rol político actual...Ahora los Hermanos buscan vincularse de forma operativa y pública a la fracción de la oficialidad de rango medio que es fuertemente musulmana, es decir practicante.
Mubarak continuó la obra de Sadat de desmontar los puentes socio militares de la sociedad egipcia, creados por Naser. El triunfo de los Hermanos termina de desmoronar, por no uso, el laicismo de la revolución de la independencia egipcia. El parlamento esta vaciado de poder desde hace décadas. Por eso la lucha por el control estratégico del país pasa por las acciones en las casas, en las familias de la oficialidad joven y de la suboficialidad técnicamente capacitada. Es por estas razones que me atrevo a sugerir que de alguna forma, no muy remota, en el antiguo valle del Nilo, hay un cierto aroma iraní en la cotidiana relación que la sociedad religiosa establece día a día, con más fuerza, con la fracción armada legalmente de la sociedad -v.g. el ejército-, y que nunca ha dejado de practicar la religión de sus padres.
Una de las cosas que me interesó observar tanto en Marruecos como en Siria, cuando estuve en esos lugares por razones de trabajo, fue constatar como la religión permea todos los niveles, todas las esferas de la vida cotidiana, incluso de los laicos o, aún más, de los que se declaran abiertamente ateos. La religión es un referente social que adjudica roles, crea esperanzas muy operativas de educación y alimentación para grandes segmentos de la población, y es un poderoso sellador de conflictos sociales internos. Todo esto es de manual de antropología clásica...pero en Egipto es lo que está operando, cosas tan clásicas, que asombra ver el desvarío permanente de los malos análisis de los colegas occidentales, que se marean en un mar de informaciones diarias, horarias, minutarias...y que no son digeridas en un sistema que catagorice los elementos esenciales de la evidencia. Como decía Bachelard su análisis de la realidad esta siendo fuertemente influenciado por su fascinación por el instrumento, es decir por la capacidad de observación, seguimiento y escucha simultanea de varias fuentes de información...pero se pierden algo importante: el contexto socio cultural. Y en Egipto eso es básico, a contrario pasa lo que pasa y las piramides están ahí para atestiguarlo: la realidad sigue cursos obvios que los racionalizadores no perciben, o si lo hacen sólo es en el momento y lugar equivocado....de ahí que insisita en esto de que en MISR hay un perfume iraní que flota y percibo, cada vez que miro hacia esa parte del juego mundial actual.