martes, 2 de agosto de 2011

Evolución política Próximo Oriente: Siria y Estados Unidos (I)

DEL CHAI SIRIO AL TÉ AMERICANO

Igor Parra


Tuve la oportunidad de visitar Siria el año 2005 invitado por mi colega Girolamo F, paleobotánico de la misión italiana que excava las ruinas de la ciudad de EBLA, en coche a una media hora al sur de ALEPPO.

Tres recuerdos intensos guardo de esa calurosa aventura científica en la estepa del norte de Siria. El primero, es el calor intenso de septiembre en noches de luna llena en las que me desnudaba en el patio de la casa que nos alojaba. Ahí me quedaba hasta que de madrugada comenzaba a soplar la primera brisa del alba. 
El segundo está relacionado a la propia antigüedad del sitio arqueológico en el que me encontraba: EBLA tiene la mayor biblioteca de tablillas cuneiformes, más de veinte mil, que nos abren una ventana al mundo de hace más de cuatro mil años atrás en esa zona del Oriente Próximo. Entre esas tablillas se han encontrado intercambios literarios con los primeros faraones egipcios, mostrando que desde entonces Egipto siempre ha sido un factor gravitante en  Siria.

El tercer recuerdo es el enorme control policial. Al revés que en otros países árabes, en Siria la policía uniformada no llevaba armas. Sin embargo la seguridad pública en remotas ciudades era notorio. Para mi queda plasmado en el regreso nocturno desde los magníficos, y exquisitos, restaurantes armenios de ALEPPO con un grupo de científicos italianos hasta las inmediaciones del Museo Arqueológico de esa ciudad. Tanto choferes como guias nativos trabajaban para el servicio secreto sirio, ninguna acción o actividad nuestra escapaba a la tranquila pero permanente mirada de los agentes de seguridad.

Por ello la revuelta política actual tiene un significado mucho más profundo en términos de movilización social que la de Túnez y la de Egipto, pues en Siria el control policial de la población era permanente y aplastante. De formas y maneras suaves e inteligentes pero férreo. 

Un día ya al final de mi estancia, al atardecer y sobre un enorme Tell próximo a EBLA  nuestro anfitrión italiano, que hablaba perfectamente el árabe sirio, nos enseñaba los restos apenas visibles de otra ciudad aún sumergida por las arenas. Mientras nos explicaba las relaciones internacionales mesopotámicas de la época del rey Sargón, el que quemó y arrasó EBLA hacia el 4250 antes del presente, una figura infantil se acercaba al trote desde un gran rebaño de ovejas que estaba a casi tres mil metros de distancia. El niño trepó raudo la pendiente del Tell, con una enorme bandeja en la que había una tetera repujada, vasos de vidrio pintados y pastelería. Había cruzado la distancia que nos separaba de la zona en la que estos beduinos pastores acampaban. Durante miles de años saludar y atender a los extranjeros ha sido una norma de conducta central en estas tribus que recorren desde la Prehistoria aquellos desiertos, próximos a los grandes rios mesopotámicos.

Gracias a esta visita de cortesía, tan humilde y por ello tan significativa, entendimos algo importante sobre Siria, pues estábamos justo en la zona en la que a Oriente al té se le denomina "chai", y de ahí a Occidente, dentro de la misma Siria, también se le denomina "té". Era una zona de transición, cultural. Y eso sigue siendo Siria, por ello la lucha por la democracia allí tiene una serie de repercusiones que para nosotros es difícil entender desde Occidente. Ellos se sienten parte del mundo mediterráneo desde que fueron integrados como pieza fundamental del Imperio Romano, y como fuente geográfica y humana de la marcha islámica hacia Poniente en el siglo VII de la era cristiana. Siria no fue desconocida en la Andalucía islámica, al contrario. 
Por ello son muchas y fuertes razones las que unen al mundo mediterráneo los avatares del pueblo sirio. Y lo que ocurre y ocurrirá ahí no nos dejará impertérritos, pues son, por razones puramente geopolíticas la clave, junto a Egipto, de la solución del conflicto con Israel.

Del xai-té sirio al "tea" americano hay menos distancia de la que pudieramos suponer, pues en ambos casos asistimos a una transición política de gran envergadura que tiene en sus respectivas areas grandes repercusiones geopolíticas. Como ya lo hemos expresado, en posts anteriores, pienso que los Estados Unidos de América están llegando al final de la etapa política formalmente asociable a una República. Con las guerras exteriores lastrando el presupuesto, y con el sistema binomial en un incidente inédito  que afecta las finanzas de ese pais, y de muchos otros países que tienen sus fondos de pensión y otros instrumentos financieros localizados en los EEUU, nos acercamos más y más al límite político de este sistema, que puede mutar en cualquier momento, ahora o en cinco años, hacia otra forma política. Mientras en Siria el horizonte del cambio en marcha va hacia la democracia formal, en los EEUU esa forma de representación ciudadana se está agotando. Al terminar de beber las amargas aguas del "tea party" podemos encontrarnos, todos nosotros, frente a un coloso geopolítico populista...de alguna manera similar al periodo que inauguró Augusto con la Roma Imperial.