jueves, 31 de mayo de 2012

Viajes Secretos VIII

ESTEPAS DE ASIA 

a lomo de caballo

Noches rudas

Noches iluminadas solo por luna

o estrellas

Noches alegres

Días como el agua 

fresca y traslúcida

Silenciosos durante horas

 los cantos de mis compañeros

a veces

trizan de la estepa

el alto aire 

Bellas voces en lengua rusa

afinadas

melodiosas

Rodeados de cientos y cientos de caballos

que llevamos de contrabando a China

dormimos protegidos por muros de carne

Cuando el fuego se apaga

al alba

el frío viento del monte asiático

nos envuelve 

con intención criminal

Toda la compañía de contrabandistas son primos 

primeros o segundos

de Nikolai

Todos duros

rusos

con hasta tres guerras 

algunos  

entre espalda y pecho

Todos melancólicos

todos borrachos de noche

hiper lúcidos de día

Todos cantores 

de bellas melodías

Todos diestros en todos los tipos de armas que llevamos

Me dijeron que era para defenderse 

al regreso

Después de la venta de caballos 

en China

Yo volví en tren

con algunos de ellos

Por prudencia dividieron el dinero

en dos partidas

una de lenta carne 

la otra de rápido metal

Y

en Vladivostok me invitaron

con todos los gastos 

de mujeres y alcohol 

pagados

a un alegre burdel 

atendido por jóvenes universitarias 

muy sabias

Allí aprendí cómo y qué hacer 

con cuatro damitas feroces

al unísono

sobre el mismo tálamo

Experiencias asiáticas irrepetibles

tanto el galopar de semanas y semanas

sobre caballos cosacos

como irrepetibles la ingesta diaria

 de vodka

y las fiestas de burdel

 locas

muy locas

De ese viaje continental

 trans-asiático

sólo 

guardo mis recuerdos

e

 impecables

aún

las bellas botas rusas

que me regaló

mi buen 


fiel amigo

Nikolai

(Post scriptum: Muchas gracias muy querido amigo mío
 por momentos tan bellos e intensos
que compartimos en tu inmenso país ruso
y en Montpellier)


Igor Parra

 en  Memorias de Viajes Secretos