martes, 28 de mayo de 2013

Juegos de Estrategia en el Mediterráneo Oriental (II)


LIBANIZACIÓN DE SIRIA?

Igor Parra


Recientemente comentábamos en nuestra observación de los hechos en Siria, y zona circundante, que parece consolidarse una via material, objetiva, concreta, hacia un doble frente geopolítico de chiitas mediterráneos (con la suma de chiitas libaneses y sirios-sectarios) y de los persas chiitas, a causa de la defensa in extremis del regimen gubernamental sirio, aún en el poder.
Bachelard nos recuerda que, metodológicamente, no hemos de dejarnos arrastrar por la "fascinación de los objetos" al analizar un problema determinado. Y en el conflicto sirio ese tipo de fascinación emerge continuamente, para distorsionar, según mi criterio, la comprensión de las principales lineas de tensión que lo sustentan. 
Esa fascinación "por los objetos" provocó, por ejemplo tanto en Vietnam, por parte de los americanos, como en Afganistan por parte de los rusos soviéticos, que se diese un peso desmesurado al "body counting", es decir la cuantificación comparada de bajas del enemigo y de las propias. Ambas potencias perdieron esas guerras a pesar que de la mencionada cuantificación numérica resultase que tanto americanos como rusos iban ganando claramente las guerras aquellas...que in fine perdieron.
Ahora en Siria vemos que el mismo tipo de error en relación a los espacios controlados por el gobierno, en funciones, así como por los insurgentes islamistas radicales y sus aliados laicos y de otros grupos foráneos que también están participando en la guerra civil siria. 
El control operativo de un cierto numero de ciudades o de territorios agrícolas en Siria tiene el mismo valor que el control de varios o pocos oasis en una guerra del desierto. Es decir, sí, es importante tácticamente, pero carecen de valor si toda la acción se centra en ocupar y desocupar varias veces el mismo territorio. Lo fundamental es el tiempo, su control, su calendarización en función a objetivos claros; y desde ese punto de vista el estado actual del arte en Siria es que el gobierno en funciones posee aun un amplio control estratégico de los escenarios bélicos, que no están unificados, sino que son discontinuos en el espacio...y en los tiempos de las diferentes acciones puntuales en curso.
Por ese motivo, nos parece significativa la alianza de los chiitas libaneses con sus primos lejanos, los chiitas sectarios sirios, y sus respectivas cohortes de aliados locales que alcanzan incluso a otras religiones.
Cuando fui invitado por la misión arqueológica italiana para sondear el área próxima a la antigua ciudad de Ebla, el año 2005, pude observar a fondo uno de los territorios en los cuales actualmente la guerra es más cruel: Aleppo, y así pude conocer personalmente las lineas de división social y religiosa que actualmente corroen militarmente al régimen en el poder, y también así entendí el apoyo que tiene el régimen en etnias y religiones casi minúsculas que temen la llegada al poder de los radicales islamistas.
Por ello que el régimen haya sobrevivido la revuelta hasta ahora no es sólo un signo de su fuerza militar, sino también de los apoyos objetivos que cuenta entre amplios sectores laicos y de minorías religiosas cristianas. Y además es una demostración de que aún controla los tiempos fundamentales del conflicto.
Y así se produce otra paradoja, que no sabemos aún analizar pero que intuimos formará parte del complejo tema del doble frente chiita mediterráneo que se está constituyendo día a día: qué papel político-militar jugarán inminentemente los cristianos libaneses?
Otra de las preguntas importantes de la hora actual, me parece, es saber si ante esta nueva realidad un espectador directamente ligado por la geografía al conflicto sirio, como es Israel, decidirá que finalmente la única solución para evitar esa consolidación de un ente chiita mediterráneo ad portas, no es otra que dar un golpe de espada al nudo gordiano, atacando las capacidades militares no ya de Siria sino de Irán?...continuará