lunes, 6 de mayo de 2013

¿SIRIA EN SU HORA FINAL?

Igor Parra


Las noticias se suceden dando cuenta, día a día, de la tragedia humana en la vieja tierra mediterránea de Siria. 
Seguimos asistiendo al final caótico del orden colonial impuesto por Francia e Inglaterra en la región próximo asiática del Levante mediterráneo. Seguimos viendo cómo se desmorona lo viejo, lo ya caduco, en esos limites geométricos dibujados por estrategas europeos, en los albores del uso masivo industrial de los combustibles fósiles.
No olvidemos nunca al analizar y observar lo que ocurre en esas regiones que un motor del caos es la riqueza en petroleo del subsuelo de partes importantes del próximo oriente. 
En este contexto, y aunque sea parte del escenario actual, Israel aparece como un elemento secundario del guión de la tragedia en curso. Tragedia que por cierto se escenifica con vistas privilegiadas a Europa.
Allí lo que pesa y determina el texto que declaman entre pólvora y metralla los actores principales es la memoria antigua del territorio sirio, su riqueza potencial agrícola, su posición geopolítica muy central en el escenario mediterráneo. Su cercanía a Egipto, su vecindad también muy antigua con los altiplanos anatólicos, su vecindad con Palestina e Israel. Sus vínculos con Irán se pueden retrotraer a miles de años atrás. Libano, que fue una región de Siria hasta que los franceses trazaron una linea en un mapa, emerge como punto central de la observación atenta que exige la hora actual en la zona.
En efecto, La fragmentación de Siria tiene antecedentes próximos en el tiempo y en el espacio tanto en el Libano como en Palestina, pues en ambos territorios, los conflictos mayores de la región han repercutido y atomizado sus limites territoriales hasta casi anularlos.
Mientras en Europa se pierde aceleradamente soberanía en aras de la unificación económica continental, en el creciente fértil, que abarca desde Turquía hasta Egipto, la soberanía nacional se pierde militarmente cada día que pasa, incluso en Israel, que cada día es más y más dependiente del flujo de recursos que los Estados Unidos de América aportan para su supervivencia física en el territorio mediterráneo. 
Por ello  Siria significa un capitulo significativo más de varios libros que hay que leer simultáneamente en esa zona mediterránea: por una parte Siria muestra cómo implosiona un régimen militar basado en el dominio de una etnia religiosa minoritaria. También muestra cómo una estrategia de baja intensidad militar, cuando cuenta con el apoyo de amplios sectores urbanos y/o agrícolas, si soporta los embites de la represión política-militar, hace temblar los cimientos del poder establecido. Esto ya lo vimos en Irán, pero anteriormente también se ha visto en Vietnam, en sus guerras de liberación, en China, en Afganistán reiteradas veces.
Siria también es un capitulo aparte en la, ligeramente, titulada "primavera árabe", por los fútiles medios de comunicación. El régimen de Damasco no cayó como el egipcio o el de Tunez ni tampoco como el de Libia. De hecho un año de guerra civil con decenas de miles de muertos encima de la mesa, muestran las diferencias sangrantes, y los errores de bulto de múltiples analistas que se lanzaron a vender la piel del oso sirio mucho antes que estuviese no solo muerto, sino ni siquiera en el campo de tiro del presunto cazador. La falta de rigor y autocrítica de los mencionados "analistas occidentales" provoca confusión en muchos ámbitos decisionales...y lo grave son las consecuencias que de esos fallos de análisis van provocando no sólo en el publico sino también en los gobiernos vecinos y lejanos con intereses estratégicos en Siria o próximos a Siria.
Una consecuencia de todo esto es que se confundan objetivos posibles con quimeras o proyecciones casi mágicas, puros deseos intuitivos de intereses tanto religiosos, como militares. Como si la eliminación deseable o necesaria del regimen actual sirio fuese la llave o el bálsamo múltiple de muchos problemas de vieja data. Nosotros pensamos que más bien al contrario, la actual agonía del regimen sirio puede ser mucho más terrible y dura que lo que se prevee, pues paulatinamente se le han cerrado las puertas  y todas las eventuales salidas geopoliticas a la etnia que lo sustenta. En la zona se conoce bien el concepto de "venganza" y ya se esta demostrando en los territorios que pasan de mano en mano, qué ocurre al finalizar las batallas callejeras. Sólo por esta razón el regimen de Siria tiene un plus de resistencia al que apoyan operativa y paradojalmente en el terreno otras minorias religiosas que temen un control musulmán radical, si desaparece el actual presidente y sus acólitos étnicos.
Los americanos vuelven a cometer viejos errores tácticos, cuya suma lleva a tragedias estratégicas, que siempre albergan grandes ruinas económicas, a pesar que algunas empresas y empresarios se beneficien en el corto plazo. Allá en Siria y alrededores los apoyos indirectos a islamistas radicales es sorprendente para muchos, pues ya sabemos por lo que pasa actualmente en Irak, en Libia, en Mali, en Sudan y otros sitios, entre los que hay que incluir a Afganistán, qué hacen los aliados circunstanciales islamistas de los occidentales, cuando estos se retiran del territorio. 
Sólo por esta razón entendemos claramente las dudas israelíes, a la hora de evaluar el conflicto inminente en el espacio y en el tiempo que tienen con Siria.
A medida que se avanza hacia el oriente, y Afganistan es una prueba de ello, las posibilidades de controlar apoyos circunstanciales a los islamistas radicales se desvanecen aceleradamente, y Siria esta en una especie de límite religioso-estratégico, donde los enemigos del gobierno dictatorial no ocultan su programa de reconstrucción "religiosa", que no "soberana-laica" del espacio y de los eventuales tiempos post- Bachar al Assad.
Por ello la injerencia extra regional en una zona clave del mediterráneo oriental tiene pesadas consecuencias. Por ello, y aunque resulte cruel plantearlo así, la mejor política posible fuere aquella que evite, de forma estable, la libanización del territorio sirio, una vez pase esta fase violenta de la historia regional.