viernes, 30 de mayo de 2014

Evolución política en Egipto (II)

AL MSR: LA MIRADA DE SU ESFINGE

Igor Parra

Herodoto nos informa en su texto clásico de la existencia de ese monumento de piedra memorable, que en la mitología local plantea un enigma mortal al viajero que se cruza con este ser, mitad humano mitad bestia, de origen probablemente asiático- del Asia  Menor-que se petrificó a orillas del Nilo.
Lo crucial, valga la redundancia, de la esfinge es el dilema que plantea. 
Hay momentos en la Historia de los pueblos que constituyen verdaderos dilemas, momentos en los que nada podrá ser igual al momento anterior, según qué camino se siga por parte de un conjunto de personas ligadas a un territorio.
Este parece ser el final de un momento-enigma que se abrió con la caída de Hosni Moubarak. 
Seguramente los aliados occidentales de la oficialidad superior del ejército egipcio han pagado un alto precio, por obtener esta solución a la crisis abierta desde las calles del Cairo, y que significó la caída de Moubarak. 
Se acabó la primavera árabe, ahora entramos en un verano largo, bajo un sol abrumante, donde los oasis  políticos proliferan en medio de un paisaje aparentemente en calma.
Nada hay más engañoso a orillas del mediterráneo que la paz de los cementerios o el silencio de las cárceles. Y por ahora no se resuelven aún nudos estratégicos mayores que tienen relación regional indirecta con la olla a presión egipcia.
Este esfuerzo, que imaginamos muy potente, por parte de los aliados sunies de los occidentales, para inducir y controlar este cambio político en Egipto, tiene un campo de efectividad que no es infinito ni en el tiempo ni en el bolsillo o caja registradora de europeos y americanos.
Es probable que este recambio desde las filas del ejército egipcio no tenga solución de continuidad, y que en la próxima crisis social política el número de dilemas que se plantearán regionalmente será justo el que hace falta para denominar como caótica la situación regional.
Es difícil concebir que la inercia del movimiento social político egipcio sea fácilmente aislada de su entorno geopolítico. Egipto no es Palestina, los hermanos Musulmanes no son Al Fatah ni mucho menos Hamas. A pesar de todo no hemos dejado de percibir en el ya caluroso aire conceptual de la primavera astronómica mediterránea un permanente, y sutil, perfume persa.