miércoles, 14 de mayo de 2014

UKRAINIA a pesar de todo

EL RELOJ RUSO

Igor Parra


A pesar de la distancia, aquí en el hemisferio sur, muy al sur, la gravedad de la situación, en Ucrania, promueve a una observación en voz alta sobre aspectos no explicitados en los medios de comunicación y en los análisis de los gobiernos europeos y de sus aliados.

A pesar de tanta literatura excelente sobre el arte de la guerra, sobre estrategia, gran estrategia, táctica y gran táctica, a pesar, digo, de  instrumentos bélicos excelentes en el campo terrestre, aéreo naval, subterráneo, tanto en balística como en transporte y comunicaciones. A pesar de la capacidad de leer y observar todo o casi todo el tráfico de mensajes secretos. A pesar de tantas cosas que se acumulan cualitativa y cuantitativamente en el escenario...lo esencial sigue siendo lo esencial, y en ese terreno básico tengo la impresión que el señor Putin está haciendo lo que la gran escuela rusa de estrategia hace con mucho arte, nutrida además de las tremendas enseñanzas de los errores del Ejército Rojo en Afganistán.

En la parte más oriental del mar Negro y en ciertos sectores de Ucrania vemos una vez más un juego estratégico que intercambia tiempo por espacio, y según la coyuntura, las presiones externas, las propias capacidades-rusas-, las de los otros vecinos sureños y orientales de Rusia, etc, opera la inversa de ese principio general, es decir se pasa a un intercambio de espacio por tiempo. Flujo y reflujo del arte estratégico. Todo ello combinado con una gran capacidad de ocultamiento de la dirección principal del esfuerzo principal en el lugar principal. Esto lo practican en Rusia desde el siglo XIII, esto es lo que los europeos occidentales no entienden. Si releyesen a Raymon Aron en sus comentarios al "Arte de la Guerra" quizás comenzarían a entender lo que está pasando de verdad. Entenderían que estamos a un paso, sino estamos ya, dentro de la espiral ascendente de una guerra europea, que puede tener derivaciones continentales totalmente ocultas en el horizonte visible del espectador poco avisado.
¿Así fueron de impensables las masacres en suelo europeo hace pocos años atrás, de bosnios a manos de serbios y croatas? ¿Era impensable, después de la derrota catastrófica de la II Guerra Mundial (IIGM), el impulso notable que los alemanes dieron a ese escenario bélico europeo en la zona adriática, a través de su apoyo constante a la consolidación de Croacia rompiendo un país federal como Yugoslavia?
Desde el lado ruso el estrechamiento espacial de fronteras consolidadas antes de la primera guerra mundial, en lucha directa contra ingleses y turcos los pone en una situación de guerra que en Francia se definiría como "defensa del pre cuadrado" (défense du pre-carré) en sus lejanas luchas contra la corona de España en los Paises Bajos.
Porque efectivamente Ucrania es parte de un espacio que los estrategas rusos consideran vital, es su pre-cuadrado absoluto. Miren con detalle otra vez la historia del triunfo bolchevique, recuerden dónde se jugó el destino de la revolución rusa, y entenderán que lo que pasa ahora no es una improvisación o una demostración de fuerza de un autocrata, tal como prensa que parece seria, como The Economist, intentan propagar (casi sinónimo de propalar, y de ahí a propaganda hay poco).
Esta crisis no es como otras, porque lo que está en juego es muy diferente. Esta es una piedra de toque de la expansión euroasiática del modo neoliberal financiero de regir economías aspiradas por el crédito de capitales volátiles, de venta ilimitada y barata de materias primas. En alguna publicación alemana e inglesa recientemente se hacían eco de este malestar profundo de la jerarquía rusa, por la apuesta a fondo que habían realizado por el modelo neoliberal más radical.
Una forma de mostrar el final de un periodo político financiero es acotar los espacios físicos en los cuales hay intereses geoestratégicos, sin importar en primera instancia las consecuencias que sobre el mercado financiero puedan acaecer. Hitler declaró guerras sin importarle las reacciones financieras del mercado mundial, sus objetivos eran los recursos humanos y naturales del espacio ruso-ucraniano. 
Pero en Ucrania estamos viendo al viejo jugador ruso de ajedrez maniobrar, mutatis mutandi, con gambitos excelentes, tanto de dama como de rey, que los poco educados jugadores que tienen enfrente se tragan y aceptan. Y quieran o no quieran entran en la máquina trituradora del intercambio espacio-tiempo. Porque allá se está jugando con el calendario operativo que interesa a Rusia, sutilmente, inteligentemente...a largo plazo.
Ya lo hemos recomendado, romántica y utópicamente, en viejos textos publicados en este blog hace al menos 3 años atrás: en estas materias poco nuevo bajo el sol: todos debieran leer a Tucidides y los discursos de Nicolas de M. a "la primera década de Tito Livio". Nadie debiera privarse, para entender mejor lo que está pasando, de releer las memorias de la IIGM de Wiston Churchill. Repasar a Tolstoi en Guerra y Paz da una visión interior, muy didáctica, de lo que significa para un ruso el espacio y el tiempo.
Porque, queramos o no, en Ucrania estamos ante un umbral al cual se ha llegado por decisiones, consecuencias y repercusiones que están todas contenidas en reflexiones ponderadas sobre el arte superior del uso del tiempo, del calendario propio de eventos, de doblegar la voluntad del oponente, de ahogarlo en sus errores de apreciación temporal.
La vieja estrategia siempre sera nueva, viva, por situaciones tan potencialmente peligrosas como la que ya se vive en Ucrania...a pesar de todo.

porque a orillas del océano Pacífico sur oriental,
 en el sur del sur
recordamos las lecciones perennes
de la humanidad
sangrada
por horrores
y por errores